Capitulo 36

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Este no era el comienzo del día que Jabu esperaba al volver al Santuario.

Después de la Guerra Santa contra Hades y que Seiya despertara, él, junto a sus otros amigos de Bronce que casi siempre se habían mantenido casi ajenos a los conflictos, decidieron dedicarse más a entrenar en cuerpo y Cosmos para no solo quedarse atrás de Seiya y los demás, sino de ser ayuda en los siguientes conflictos.

Gracias a esa dedicación, todos ascendieron a Santos de Plata. Tal vez nunca puedan ser Dorados como sus otros compañeros, pero eso no los hace menos inútiles.

Cuando se volvió el Santo de Plata de Orión, a Jabu también se le encomendó ser un mayordomo de la Fundación Graad, bajo enseñanza de Tatsumi. Su deber era estar al lado de la señorita Saori cuando ella desempeñaba su deber como la líder de la Fundación. Aunque ella siempre estaba acompañada de un Santo Dorado en ese tipo de cosas, él siempre estaba de vigía, y asegurándose de proteger a su Diosa de cualquier amenaza insignificante o asesinos enviados por compañías rivales.

Cuando llegó ayer en la noche al Santuario, escucho de los ataques que comenzaban a suceder y se le ocurrió inspeccionar esta mañana.

Pero no pensó hallar al culpable tan pronto, mucho menos que este sea un soldado del ejercito de Ares, otro Dios que es enemigo jurado de Athena.

-¿Qué significa esto?- Pensó Jabu, observando al ahora identificado como Arkas de Damarcus. -¿Qué hace un Berserker en el Santuario? ¿Ares ha declarado la guerra a Athena? Pero creí que el Dios Zeus prohibió las Guerras Santas. ¿Acaso el Dios Ares se rebela contra el Gran Dios?-.

-¿Qué tanto piensas, Caballero?- Pregunto Arkas al ver al Santo tan callado. -¿Acaso piensas la razón de mi presencia cerca de tu querido Santuario?- Sonrió sanguinariamente. -Pues para tu mala fortuna, no sabrás esa razón- y elevando su Cosmos, el Berserker salto hacía Jabu. -¡Lycan Slasher!-.

Arkas movió sus manos como si cortara con ellas, creando cuchillas de Cosmos de color rojo que se dirigieron hacía Jabu.

El actual Santo de Orión vio venir el ataque y elevando su Cosmos, que lo rodeo como una capa de energía verde, esquivo las cuchillas saltando, el montículo en donde estaba de pie fue destruido por la técnica mientras él daba una voltereta en el aire.

-¡¿Qué?!- Arkas se sorprendió que el Santo esquivara su técnica fácilmente, observo que el salto que dio lo elevo a una gran altura.

Elevando su Cosmos aun en el aire, Jabu comenzó a caer en picada hacía Arkas, juntando sus piernas con sus brazos, haciendo que su cuerpo adquiera la forma de una bola mientras su Cosmos lo rodeaba.

-¡Choque Megatónico de Meteoro!-.

Al estar cerca de su oponente, Jabu abre su cuerpo, aplicando una violenta patada al pecho de su enemigo, mandándole a estrecharse contra el muro de rocas, levantando una gran cantidad de humo.

Jabu aterriza hincado luego de la patada. El casco de su enemigo cayo al suelo cerca de él. Al despejarse el humo, vio su cuerpo enterrado en la pared, aparentemente sin vida.

-¿Eso es todo? Esperaba más de los guerreros de Ares- exclamo Jabu ante su fácil victoria. -Pero una victoria es una victoria- se dio la espalda para irse. -Tengo que informarle de esto de inmediato al Patriarca de su presencia y...-.

-¡No tan rápido, Orión!-.

Jabu se detuvo de golpe y abrió los ojos desmedidos. Girándose rápidamente, vio a Arkas despegarse del muro y caer de rodillas, escupiendo sangre.

-Si piensas que esto es suficiente para vencerme, estas muy equivocado-.

-¿Cómo sigues vivo? Te ataque con todo mi Cosmos- pregunto Jabu sorprendido.

La Leyenda de las Facciones y del SantuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora