Capítulo 4: ¡¿Qué Duff Tiene Qué?!

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—Hola chicas —le dio un beso en la mejilla a Jamie.

—Hola Duff —contestaron al unísono.

—¿A quién tenemos aquí? —preguntó Steven

—Ella es Audrey. Es nueva en la escuela y en la ciudad. —Jamie me presentó con todos los chicos.

—Un placer —dije apenada.

—Si estas chicas te hacen algo, me dices. Sobre todo si la rubia de allá te mal encamina —rió.

—Ja, ja, ja —Jamie estaba siendo sarcástica —quien te va a sonsacar es otro.

—Ya quisieras hermanita.

¿Era yo, o la había llamado "hermanita"? Aparentemente no había sido parte de mi imaginación. A aquellos dos los unía un lazo familiar y un lazo de hermandad irrompible. La forma en la que se llevaban era significado de cercanía, confianza y de una buena relación. Eso me agradaba. En el fondo era lo que me gustaría tener con mi hermano Kevin, mi hermano menor. No estaba para lamentarme, pero debía admitir que era una forma de admirarlos por ser tan unidos.

Cada uno de ellos tenían un gran carisma. Eran bastante divertidos que hacían que me olvidara de mis problemas y de mi sentir al llegar a la ciudad. A pesar de eso, me sentía tan cómoda con estos chicos y chicas. Me hacían sentir parte del grupo, como si tuviera más de un año de conocerlos. Me hacían reír. Me incluían en todo, y, aunque hubiera ciertas cosas que solo ellos entendían, ellos me las explicaban para que estuviera en la misma sintonía.

Había algo que había notado y que eso fue lo único que los chicos y chicas no me habían explicado. Eso era que Jamie todo el tiempo evadía a Slash. Él intentaba acercarse o decir algo a ella, pero Jamie prefería no voltear a verlo. Me daba un poco de pena por él, pero quizá no es momento para preguntar.

Sin embargo, hoy había sido un buen día. Había conocido al chico que me gusta, había conseguido amigas y amigos espectaculares. ¿Qué más podía pedir? Estaba más que feliz y se notaba en mi forma de mirar el techo y sonreírle mientras estaba acostada en mi cama.

—Veo que te fue de maravilla —entró a la recámara.

—Así es papá. Conseguí varios amigos y me fue bastante bien en mi primer día.

—Te dije que así sería —me abrazó — estoy feliz por ti.

No dejé de pensar en ningún momento en él. Solo bastó para verlo un par de veces para darme cuenta de lo perdidamente enamorada que estaba. Incluso, esa noche lo había visto dentro de mis sueños. Lo veía disfrutando cada segundo, cada minuto del tiempo a mi lado. Yo quería vivir ese sueño, pero me era imposible, al menos por este momento porque apenas y lo conocía.

Me sentía nerviosa caminando por los pasillos de la universidad pensando que en algún momento podía toparmelo. Aunque, ciertamente sí eso pasaba, podría ser una oportunidad para comenzar a tratarlo.

Ya hasta comenzaba a darle vueltas a mi cabeza en las formas en las que podía comenzar una conversación sin verme tan patética.

—Hola chicas —me senté en la cafetería con ellas.

—Hola Audrey.

—¿Qué tal les fue en sus clases de hoy? —pregunté.

—Horrible. Un profesor nos dejó un proyecto en equipo. ¿Sabes que es lo peor? Que no me tocó con Katherine y Anne

—Ojalá los chicos de su equipo si hagan algo.

—Esperemos... —dijo Katherine desanimada.

—Oigan... Tengo una duda, aprovechando que los chicos aún no están. —me miraron atentas —¿Por qué odias tanto a Slash, Jamie?

El rostro de ella decía más de lo que estaba a punto de decir. Se notaba que sentía incomodidad desde que escuchaba su nombre. Era como si dijeran un insulto, porque su malestar era algo que ella no podía ocultar.

—Yo tengo la respuesta a tu pregunta, Audrey. Lo que pasa es que Slash está muy enamorado de ella. O al menos eso es lo que dice él. —comentó Katherine.

—¿Y qué tiene de malo que Slash esté enamorado de ella? Se nota que es un buen tipo.

—Es que no lo conoces —mencionó Jamie con disgusto —Lo único que busca es tener a alguien con quien tener solo sexo. A mí eso no me gusta.

—El sexo es lo mejor —dijo con picardía Anne.

—No me refiero a eso. Yo quiero que alguien me quiera bien. Que se fije en mi por mis cualidades, por quien soy. El sexo es bonito, claro, pero yo no priorizo eso.

—¿Pero cómo es que estás tan segura que solo quiere sexo?

—Ha salido con muchas chicas. No soy a la única con la que trata de quedar bien. Así que, prefiero poner distancia.

Entendía muy bien a Jamie. Ella quería ser amada tal y como era, no que la vieran solo como un juguete andante. Yo no conozco bien a los chicos, puesto que apenas tenían ya dos días en la universidad, pero yo notaba algo diferente. No sé si soy demasiado ingenua, pero yo sentía que Slash si la quería de verdad. Sus miradas, la atención que le brindaba y ese acercamiento para llamar su atención eran signos de que él no mentía.

Precisamente, ellos venían hacia nosotras. Nuevamente, aquél se había quedado al final, porque únicamente 4 de ellos estaban por llegar a nuestra mesa.

—Qué veo, que veo... Pura chica guapa sentada en esta mesa —sonrió Steven.

—Hola muchachos —les sonreí.

—Un placer verte por acá de nuevo, Audrey —mencionó Izzy.

—Siempre me verás por aquí  —bromeé un poco y el resto rió.

—Me caes bien. Pensé que eras más seriecita —dijo Steven.

—Así son las primeras impresiones, pero ya luego una agarra confianza.

—¡Eso! Me gusta que así sea. Aquí somos puros chicos y chicas buena onda.

Me encantaban esos chicos. Eran demasiado divertidos. Incluso Steven se puso a bailar e intentó convencer a Izzy para que lo acompañara, pero él no accedió y su gesto fue demasiado gracioso. Nos la estábamos pasando bien, cuando la rubia le cuestionó a los de la banda sobre el paradero de su hermano.

—No querrás saber... —Izzy volteó los ojos con disgusto.

—¿Por qué?

—Véanlo ustedes mismas —señaló Axl con la mirada.

Justamente al voltear la cabeza para mirarlo, sentí como mi corazón se hacía añicos. En estos días, no había dejado de pensar en él ni por un segundo, pero ahora tenía que dejar de hacerlo porque no tenía ni un sentido fijarme en alguien ajeno.

Duff venía caminando a lado de una chica rubia, con un escultural cuerpo de modelo y unos labios rojizos que a lo lejos era imposible no verlos. Uno de los brazos de Duff estaba abrazándola por el cuello y mientras seguían el paso, él le daba unos besos en la mejilla y ella lo miraba con felicidad.

Shadow Of Your Love / (Duff Mckagan Y Nikki Sixx) Where stories live. Discover now