Shadow Of Your Love / (Duff Mckagan Y Nikki Sixx)

Capítulo 24: Can't Help Falling In Love

                           Audrey

El momento más difícil en definitiva fue ver a Slash de ese modo. Estábamos todos preocupados por él, incluyendo al resto de la banda quiénes al enterarse por llamada lo sucedido, tampoco dudaron en ir a visitarlo.

Pasó uno, dos, tres y más días sin saber exactamente nada sobre la conciencia de Slash. Todos los días íbamos a visitarlo en su habitación a tratar de animarlo con nuestras voces para que pudiera regresar de ese sueño.

Lo peor de la situación había sido que Jamie había estado con una de las más grandes culpas por no ver a su compañero de accidente estar bien como ella. Eso hacía que Jamie tomara la decisión de entrar sola al cuarto con todo el equipo de hospital requerido. Cuando ella entró y lo vio tan indefenso y frágil sin poder emitir ni una sola palabra, sin evitarlo empezó a sentir húmedad en sus ojos. De inmediato todo aquello que estaba pasando dentro de su cabeza, buscó la manera de salir de ella.

Se acercó poco a poco a él mirándolo de pies a cabeza. Caminó hacia él quedando tan cerca de su rostro para suplicarle que esté bien de nuevo mientras lloraba desamparadamente.

—Perdóname. No he sido la mejor persona contigo, pero necesito que despiertes. —le susurró.

Llorando mientras lo observaba de cerca, notó una reacción involuntaria y repentina. Saúl abrió los ojos mirando a su alrededor tan confundido sin emitir ni una palabra.

Tan rápido como pudo, se dirigió con los doctores para que corrieran a atenderlo de inmediato. Pronto fue así, que después de unos días más estaría dado de alta mientras se recuperaba.

Con collarín y marcas en cuerpo, Saúl caminaba por los pasillos acompañado de alguien especial. Reneé era quién se encontraba a su lado apoyándolo por si algo se le ofrecía. Sin embargo, Jamie los estaba observando algo nostálgica desde el final del pasillo donde se encontraban los casilleros.

Ella con algo de culpa, decidió acercarse a ambos dejándo se lado su orgullo y resentimiento.

—Hola Slash. —se acercó a él justo cuando cerraba su casillero.

—Hola Jamie —contestó, pero el ambiente se tornaba bastante incómodo.

—Los dejaré solos para que platiquen. —mencionó Renée para después retirarse.

—¿Cómo estás? ¿Cómo sigues de los dolores? —preguntó preocupada, pero sobre todo con amabilidad.

—No te voy a negar que me siento un poco adolorido, pero mejor que otros días sí. —después de eso, un momento de silencio invadió al ambiente hasta que él decidió hablar nuevamente con un tono de  voz más rudo —¿Desde cuándo te preocupa cómo me sienta? Recuerdo que antes no querías ni que me acercara a tí.

—Me preocupa tu estado Slash. Fue un momento donde estuvimos involucrados los dos. Estuviste sin reaccionar ¿Cómo no me iba a preocupar?

Ella estaba tratando de hacerlo entender de que en verdad le preocupaba su salud. Nunca antes había estado al pendiente de alguien como lo había estado haciendo, pero era un cambio verdadero el que estaba teniendo. Mientras tanto, Slash se veía un poco desanimado y cansado de las veces que ella le demostró desinterés mientras él daba todo de sí.

—Tenías razón cuando me decías que debíamos poner una línea divisora entre los dos. No me había dado cuenta o creo que simplemente no había querido verlo, pero estar sin esa línea sólo nos hace más daño. No somos buenos para el otro y me doy cuenta que tampoco es buena idea ser amigos.

A Jamie se le empezaban a cristalizar los ojos por aquellas palabras tan directas. Era extraño para ella pensar que lo que me había dicho en verdad le había llegado hasta el ego.