Capítulo 26: You're Still The One

41 5 6
                                    

Audrey


Mis labios por fin probaron de los suyos cuando Duff se acercó tan fugaz a mi. Mi corazón latía de manera acelerada mientras nutría y bombeaba a las otras partes de mi cuerpo. Mi cerebro, en cambio, recibía esa señal del corazón para conectar con los neurotransmisores y producir serotonina, la hormona de la felicidad.

Cuando nos apartamos después de ese tierno y más esperado beso, lo miré fíjamente para saber si todo lo que estaba pasando era real o solo era producto de mi imaginación.

Cuando apartamos nuestros labios me era difícil decir alguna palabra, estaba inmóvil. Él fijó su mirada conectando con la mía rodeado de un clima templado bajo la luz de la luna.

—Lo que dijiste... Es... ¿Escuché bien? —me animé a preguntar.

—Sí —dijo casi susurrando —Audrey... Ya no puedo seguir ocultándolo. Me he enamorado perdidamente de ti, cada parte de lo que eres.

Dentro de mi se sentía un cosquilleo, un nido de mariposas volando en el estómago y unas inmensas ganas de gritar a todo pulmón la alegría tan inexplicable que me generaba saber que una realidad. Para mi era lo más anhelado desde que pisé Los Ángeles.

—Tal vez no sea correspondido, pero necesitaba que lo supieras. Las ganas de hacértelo saber me estaban matando. Sé lo que paso con Nikki, pero si tu me dices que me aleje lo haré.

Yo no quería que se alejara jamás. Lo había hecho una vez y no soporté las ansias de saber de él todo el tiempo. Fue muy difícil, no quería salejarme, no de nuevo.

—¿Tampoco te das cuenta? —le tomé el rostro con una mano —Tú y solo tú eres el único.

Duff me miró sorprendido pero a la vez un poco extrañado sin poder comprender al cien lo que había dicho. Pensaba que estaba enamorada de Nikki cuando era todo lo contrario. Jamás se dio cuenta que yo estaba siempre detrás de su sombra esperando a que este amor fuera correspondido.

—¿Es.. es enserio? —le brillaron los ojos.

—Estoy enamorada de tí, solo de ti.

Duff sonrió acariciando mi mejilla y mientras pasaba un mechón detrás de mi oreja. Era un momento especial, los dos confesando nuestro amor puro y sin malicia.

Era totalmente un momento único y lindo para los dos. No podía dejar de mirarlo y de mirar tras sus ojos verdes. Sentir sus manos acariciarme me daba tanta paz y tranquilidad.

Mi cabeza no paraba de pensar y de volver a sentir sus labios sellados cuando entré a mi casa y cerre mi puerta. Dios mío, estaba tan enamorada de él, todo de él me encantaba. Su sonrisa, su, ojos, su cabello, su estilo, todo.

Cuando amaneció y llegué a la universidad, estando al final del pasillo en mi casillero, lo vi llegar con toda la actitud.  Tenía puestos unos lentes oscuros, una chatequeta y pantalones de cuero con sus características botas texanas. Desde lo lejos yo lo saludé con una mano y le sonreí mientras él me sonreía y seguía caminando hacia mi.

Cuando llegó conmigo, me abrazó dejando mi cuerpo hacia atrás mientras él recargaba su peso en sus piernas y brazos para evitar que cayera. Me dio un beso como la fotografía "El beso" tomada por Alfred Eisenstaedt, el marinero que besó a una enfermera después de la Segunda Guerra Mundial.

Como era de esperarse, toda la universidad se había percatado de ese beso y todos nos miraban extraño. La verdad para mi había sido demasiado lindo que lo hiciera de esa forma, pero la gente no paraba de mirarnos.

—¿Y ese recibimiento? —le sonreí y el se quitaba los lentes.

—Moría de ganas de besarte otra vez.

Era tan lindo y se comportaba tan bien conmigo. Ya no nos importaba lo que la gente dijera sobre nosotros, a mi me hacía sentir bien que Duff estuviera así conmigo.

Por un momento olvidamos que Jamie estaba casi a su lado que nos empezó a cuestionar si ya andábamos y cómo había ocurrido.

—Tengo que ir por unas cosas a un salón. Te veo después Audrey —me dio un beso en la mejilla.

—¡Tienes que contarme todo! —dijo Jamie emocionada.

—Creí que Duff te contaría.

—Duff no me cuenta todo todo, pero quiero saber que ocurrió. ¿Ya puedo decirte cuñada? —rió.

Sonreí como tonta, pero tenía que admitir que sonaba tan lindo que me lo dijera. Aunque, la verdad es que no sabía que éramos aún. Nos habíamos confesado nuestro amor uno al otro de una manera romántica y especial, pero no me preguntó si quería ser su novia todavía.

Le conté todo a Jamie. Ella estaba tan emocionada como yo de lo que había sucedido y justo me confesó que Duff había estado un poco raro y evitando sus preguntas acerca de por qué hacía todo con tal de que yo estuviera felíz. Sentía bonito saber hasta donde había llegado con su creatividad con tal de que yo estuviera cómoda y contenta por cada uno de sus detalles. No podía estar tan más enamorada de él. Todo ese sufrimiento y ese dolor de antes por pensar que no tenía oportunidad se habían esfumado como el viento cuando sopla y corre lo más rápido posible. Mi corazón estaba reconstruido sin ninguna pieza faltante porque Duff ya las había encontrado y colocado en su lugar.

—¡No puede ser! —exclamó Anne acercándose con Katherine y Sally. —¡Audrey, tienes que contarnos todo! ¿Es real lo del beso con Duff? —dijo emocionada.

—Sí, es real —sonreí.

—Jamás nos contaste que te gustaba —mencionó Katherine.

—Es cierto —secundó Sally.

No les había querido comentar porque habían varias razones. La primera, me avergonzaba que supieran porque en ese momento Duff tenía una relación con Jennifer y era lógico que sería rechazada. La segunda, no tenía toda la confianza de confesarselos. Ellas conocían demasido a Duff más que yo y por más tiempo por lo que me daba miedo que se lo contaran. Tenía mucho miedo que se enterara.

—Que gusto que Duff y tú estén saliendo. No me lo esperaba pero de verdad es una alegría verlos juntos —mencionó Katherine con mucho entusiasmo.

—¡Qué lindo! Las parejitas poco a poco se van formando —rió Anne porque era la más felíz en su relación con Axl —Solo tengo una duda... ¿Nikki sabe de esto?

Nikki... no quiero herir sus sentimientos pero ahora que lo preguntaba Anne me generaba una gran incertidumbre saber como pueda reaccionar. Él había sido tan atento y tan lindo conmigo que no se merecía esto. No podía evitar herirlo, pero pensándolo bien debí comentárselo antes de que se generara un chisme por los pasillos de toda la universidad.

Estaba segura que debía decírselo antes de que se entere por otras personas ajenas. No quería que nuestra amistad dse perdiera, mucho menos la confianza.

Pensaba en buscarlo después de clases para hablarlo y así explicarle antes de que fuera demasiado tarde.

Cuando las clases terminaron y nos dieron un receso, caminé junto con Jamie para dejar nuestras cosas en los casilleros. Jamie me platicaba sobre algunas cosas que tenía en mente sobre los proyectos escolares cuando de repente sentímos como una sombra nos cubrió tapando la iluminación natural del sol.

—Hola, Audrey. ¿Tendrás algunos minutos? —preguntó Nikki atrás de mí.

Jamie me volteó a ver para asegurarme si estaba bien, entonces procedió a retirarse para darnos nuestro espacio. Creo que el momento al que me temía había llegado. Al parecer ya había escuchado ese chisme y quería preguntarme directamente.

—Justo quería verte... ¿Qué ocurre? —quería saber primero lo que quería decirme, pero lo veía angustiado.

—Mira, Audrey... seré directo. —suspiró profundamente —No quiero que pienses mal de mí o que pienses que es reclamo pero... escuché algo que no me deja tranquilo si te soy honesto.

¡Oh, Dios! Ya lo sabe... Lo que me temía ya había sucedido.

—Nikki... sé lo que escuchaste. —me sentía tan nerviosa y con las piernas temblorosas.

—Un rumor sobre Duff y tú —interrumpió. —¿Es... real? —dijo angustiado.

¿Cómo decirle que sí sin hacerle añicos el corazón? Me dolía tanto que fuera así.

—Nikki yo... lo lamento —suspiré y titubeando respondí —Es verdad lo que escuchaste sobre lo que se dice en pasillos. Duff y yo nos hemos besado.

—Pero, sólo fue un beso ¿Cierto? —lo miré directo a los ojos tratando de hacer menos incómodo el momento y negué cin la cabeza

—Las cosas pasaron muy rápido. Creo que Duff y yo estamos saliendo más que amigos. Perdón por decirlo ahora, quise decirte sobre esos sentimientos ese día del concurso en la terraza pero no me dejaste concluir. Solo espero que esto no afecte nuestra amistad, no quiero apartarme de ti.

NIkki me miró a los ojos sin saber que decir ni qué hacer. Titubeó un par de veces como queriendo comentar algo pero prefirió suspirar, dar media vuelta y caminar en otra dirección.

Cada vez que algo bueno me pasaba, algo negativo aparecía. Era como un Ying y Yang, ambos estaban relacionados. Me dolía con todo el ocrazón que así fuera. Yo amaba a Nikki como uno de mis mejores amigos, pero también entendía que no podía retenerlo por estar conmigo como amistad. Si le hacía daño, prefería mil veces que estuviera bien con él mismo antes que conmigo.

Shadow Of Your Love / (Duff Mckagan Y Nikki Sixx) Where stories live. Discover now