Capítulo 22

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SARAH ENTREGO EL EXÁMEN ANTES DE ABANDONAR LA SALA CON UNA SONRISA NERVIOSA. Su último examen, finalmente. Ahora solo quedaba esperar el resultado y saber si ese año podría estar en la graduación que tendría lugar en unas dos semanas, junto con los demás. Estudiar siendo casi madre le había costado mucho más tiempo que a los demás, pero estaba orgullosa de si misma, o eso intentaba pensar. Tener ideas pesimistas sobre su persona jamás había sido la mejor opción, no si quería deprimirse.

—¿Cómo fue todo?— una voz masculina le cortó su camino hacia la cafetería y Sarah se movió unos pasos hacia atrás con sorpresa al reconocer aquel pecho monumental delante suyo.

—¿Emmett?

—Quizás, o quizás puedo ser alguna especie de alucinación post estrés de exámen, he oído de a personas que les sucede... — se encogió de hombros. La castaña observo hacía los lados buscando inconscientemente al resto de los Cullen. Todos ellos siempre se movían como una especie de clan.

—¿Cuándo volviste?— indagó antes de volver a caminar con lentitud, Emmett se puso a su lado. Definitivamente eso era una sorpresa. Se encontró a si misma acomodando los mechones sueltos de su cabello buscando estar lo más decente posible.

—Ayer. — respondió con simpleza —Iba a llamarte para decírtelo pero me pareció más interesante darte una sorpresa hoy.— sonrió con inocencia fingida y la joven supo rápidamente que él se dio cuenta de su reacción. Mejillas sonrosadas, movimientos nerviosos de manos en su cabello, y seguramente aquella estúpida sonrisa que le bailaba entre los labios.

Sí, estaba encantada de verlo.

—¿Te gustan las sorpresas, no?

Emmett se encogió de hombros con las manos en sus bolsillos y le lanzó aquella sonrisa de lado que seguramente podría hacer suspirar a cualquiera —Bueno, yo soy la sorpresa siempre en realidad y si, me gusta ser espontáneo— y allí estaba, esa seguridad que le empapaba de pies a cabeza con el carisma de un líder nato. Probablemente quien no le conociera diría que tenía el ego inflado o actuaba prepotente pero siempre había más de él que pocos podían ver. —pero, nuestro viaje a Italia termino bien y traje algunos regalos para ustedes.

Ustedes.

—¿Para nosotras?

—Sí. ¿Cómo está Ava? —pregunto con interés.

—¡Ah! Bien, se abstuvo de comprar más helado especial cuando le dije que no estarías un tiempo — declaró. El pelinegro río.

—Apuesto a que hasta sueña con esos potes de helado — bromeó él. Sarah sonrió. —¿Crees que una casa de muñecas tamaño real le guste?— pregunto con consternación —¿O debería haberle comprado algo más...unisex? ¿Le gusta el fútbol, naves espaciales, caballos?

—No deberías haberle comprado nada.

—¡Hey! No sería justo comprarte solo un regalo a ti.

—Tampoco deberías haberme comprado nada. — Sarah lo pensó unos segundos —Si yo viajara a Italia no tendría dinero para traer ni una plata de regalo al volver — murmuró en respuesta.

Emmett rodó los ojos cuando llegaron al casillero de la joven —Bueno, avísame cuando tengas un tiempo. Puedo llevar los regalos, y quizás sacarte de tus estrés post exámenes con una maratón de películas.

La joven se sintió incómoda de un momento a otro y solo metió los libros en su mochila para cerrar el casillero finalmente —Ah, con respecto a eso, — una mueca adorno su rostro, Emmett que estaba apoyado en el casillero de al lado frunció el ceño. —han pasado algunas cosas en este tiempo.

Guys my age [Emmett C, Jacob B]Where stories live. Discover now