Guys my age [Emmett C, Jacob B]

Capítulo 11

LA ESTACIÓN SE ENCONTRABA SILENCIOSA, Sarah tenía su mirada clavada en el suelo opaco mientras pensaba en las posibilidades que tenía de ganar un juicio contra Margot teniendo algún abogado que el estado le proporcionará porque claramente, no podía pagarse uno. La castaña elevó la mirada cuando unos zapatos se detuvieron delante de ella. Un rostro hegemónico y totalmente desconocido se posó delante de ella, el hombre estaba vestido con un pantalón negro y una camisa blanca, y a pesar del clima lluvioso de Forks no llevaba un abrigo a diferencia de los demás. Su cabello castaño están ligeramente húmedo y despeinado y esbozó una sonrisa de lado en cuanto notó que su atención estaba en el —Buenos días, Soy Aidan Saint abogado de oficio— extendió su mano. El hombre apenas le sacaba unos años, o al menos eso parecía y jamás lo había visto por el pueblo.

Nuevo, supuso.

Sarah salió de su ensoñación y se levantó con rapidez —Mucho gusto, mi nombre es Sarah Dupont— se presentó tomando su mano —¿El comisario Charlie lo llamo?— pregunto elevando una ceja. Aidan asintió.

—Sí, me dijo que es un caso de tenencia, ¿verdad?— pregunto frunciendo levemente las cejas. Sarah asintió. —Bueno, como soy abogado de oficio aún no termine mi estudio aquí en Forks así que podríamos hablar en algún café o algo...— invitó. Sarah asintió rápidamente mirando el reloj de su muñeca, tenía tiempo aún.

—¡Oh, si claro! — dijo recordando de repente un restaurante café no muy lejos de allí. —¿Maissy's que te parece? No está muy lejos de aquí— preguntó. Aidan asintió.

Ambos caminaron al auto del hombre, el cual, le abrió la puerta a la castaña —Gracias — murmuró antes de subirse. Después de todo había llegado caminando a la estación, aunque si se sentía culpable de subir sus zapatos embarrados al auto completamente limpio.

—¿Me guías? Realmente no conozco mucho Forks, llegué hace unas dos semanas — comento el hombre. Sarah asintió con entendimiento antes de darle indicaciones.

El viaje de unos cinco minutos se dio en silencio, y a Sarah no le molestó, después de todo lo importante era saber que estrategia usarían en la corte para ganar la tenencia de Ava, aquello era lo único que le importaba. Cuando entraron en Maissy's, rápidamente tomaron una mesa y pidieron un café. Aidan paso su mirada por el lugar —Lindo — expresó. Sarah sonrió.

—Es tranquilo la mayoría del tiempo —dijo y clavo sus ojos en el hombre frente a ella —Bueno, sobre mi situación...

Aidan abrió su maletín y saco un cuaderno además de un lápiz —El comisario Swan me comentó algo sobre lo que está pasando pero me encantaría que me cuentes bien para poder evaluar las opciones y hacer una defensa que sea acordé — pidió.

—Si, claro — dijo —Bueno, Margot es mi hermana, ella es mayor que yo. Quedó embaraza hace unos años, y apenas tuvo a Ava dijo que no la quería, que no podía cuidarla y que no estaba preparada así que yo me hice cargo de mi sobrina

Aidan elevó una ceja —¿Fue todo de palabra? ¿Tu hermana no firmo ni una renuncia de maternidad ni nada por el estilo?— pregunto. Sarah negó. —Entiendo

—Es que la vi tan convencida de que en serio no quería nada para con Ava que no pensé en eso. Ava vive conmigo desde entonces, y a pesar de que soy la única figura materna que conoce sabe que no soy su mamá, soy su tía y siempre tuvo eso en claro aunque todavía no salió la curiosidad de preguntarme por Margot — explicó. Jamás le había negado a su sobrina la identidad o la posibilidad de reunirse con Margot, pero al parecer su hermana tenía exactamente ese plan para con ella. Aidan asintió, noto el desgano de la mujer frente a él y sintió compasión, era solo una joven haciéndose cargo de una responsabilidad que no era suya, y además lidiando con los problemas que esto conllevaba.

—Entiendo, ¿Sabes si tu hermana tiene un trabajo estable, casa propia o alguna fuente de ingreso? Generalmente los juicios de tenencia favorecen a la madre porque la constitución insiste en intentar salvar relaciones familiares pero si la madre no es apta en sentido económico o psicológico para cuidar del niño en cuestión, hay muchas posibilidades de que la otra parte gané la tenencia —explico. Sarah hizo una mueca.

—Vino a invitarme a su boda además de querer llevarse a Ava. Por lo que me dijo se va a casar con un hombre, tiene una casa y puede mantenerla —informo. Sarah no se sentía bien con nada de eso. Margot no sabría cómo cuidar a Ava, y tampoco conocían al nuevo esposo de su hermana. Ella no dejaría que ava se fuese a una casa en donde vivía un completo desconocido, para mantenerla a salvo de cualquier peligro siempre había desconfiado de todos.

—Eso nos complica más las cosas—señalo el hombre pero dejo de hablar al notar la cara de la joven. Se quiso golpear a sí mismo, no sabía cuando callarse. —¿Que hay de ti? Tenemos que encontrar un punto que falle en ella pero además, resaltar tus puntos fuertes

Sarah se encogió levemente de hombros antes de dar un sorbo al café, el amargo sabor le recorrió la garganta —Trabajo en una tienda los fines de semana, y entre semana hago cosas como trabajos prácticos de mis compañeros, trámites de mis vecinos, algunos días reparto propagandas en la calle, de todo un poco — dijo. Aidan asintió.

La nublada tarde paso con ellos hablando seriamente sobre las fortalezas y debilidades del caso y su estrategia, la cual, no era demasiado complicada: demostrar que ella era el hogar adecuado para Ava. Para cuando Sarah notó que ya daba la hora en la que tendría que recoger a su sobrina ambos salieron del lugar. Curiosamente el bar Maissy's estaba bastante lleno ese día.
—Muchas gracias por todo —murmuro la joven, Aidan asintió y antes de poder contestar un ruido les interrumpió. Para cuando Sarah reaccionó el niño le había casi chocado la pierna con su bicicleta y en el afán de querer moverse, resbaló.

—¡Ay!— gimió la joven cuando sintió un dolor punzante en su muñeca. Había caído de una forma ridícula, casi sentada con las manos sosteniendo la parte alta de su cuerpo pata no irse, pero su mano derecha había chocado contra el suelo en una extraña posición. Aidan la tomo por debajo de los hombros y la ayudo a levantarse

—¿Estas bien?— dijo mirando su muñeca, Sarah fingió una sonrisa pero lanzó un quejido al aire cuando el castaño tocó la zona afectada que comenzaba a hincharse. —No, no lo estás. No está quebrado pero si lastimado de seguro — dijo. —Debemos ir al hospital — señaló

Sarah negó energéticamente, no tenía tiempo ni dinero para ir al hospital —Estoy bien, sanará en unos días

—Puede empeorar — dictaminó el mayor antes de encaminarla de nuevo al auto.

—Tengo que ir por Ava, está con su niñera — señaló la mujer. Estaba poniendo excusas porque podría llamar la niñera y pedirle una hora más de su tiempo pero en serio no quería pisar un hospital. Sin embargo, el abogado Saint pensó en esto y antes de que pudiese decir otra cosa le tendió un celular.

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Aidan Saint aka Bill Skarsgard