capitulo 10

4.4K 511 167
                                    

Rashta caminaba por los pasillos del palacio con su hijo en brazos.

Ian estaba despierto, como comúnmente lo hacia a esas horas; por lo cual, decidió salir a caminar por el menor.

Esa tarde estaba destinada a ser una tarde tranquila y solitaria para la pequeña familia, pero los planes no siempre suelen salir como uno los planea.

-mi reina-hablo una voz conocida para la de cabellos claros a sus espaldas.

La joven pensó que tal vez podía fingir no haberlo escuchado y comenzar a correr.

¿no seria nada raro, verdad?

Pero había un problema, tenia a su hijo en brazos, no se arriesgaría a poner al menor en peligro únicamente para evitar al príncipe.

Tensa, la joven volteo en dirección al origen de la voz.

-Heinrey-nombro con un tono rígido, había pasado un par de días desde la ultima vez que lo había visto.

Y no había sido porque lo haya estado evitando, por supuesto que no.

-mi reina-dijo nuevamente con una sonrisa astuta en el rostro.

-¿desea algo de mi?-pregunto luego de que este no agrego nada más, si el la había llamado era porque quería algo de ella.

-¿no cree que sea apuesto?-pregunto acercándose más a ella.

Por lo cual, por acto reflejo, retrocedió.

El rostro de la peli platina mostraba clara confusión.

¿Qué acababa de preguntarle?

-¿disculpe?

-¡que raro!, llegados a este punto la mayoría ya se habría interesado en mi-informo el joven cruzándose de brazos como un niño.

La expresión de la chica cambio a uno serio y levemente enojado.

-le pido de manera civilizada que no me compare con las mujerzuelas con las que ha estado-menciono tajante.

Eso elimino la sonrisa astuta del chico y rápidamente este se endureció, aumentando la incomodidad al ambiente.

-lo siento, no era mi intención, la vi muy rígida y queria animarla- añadió después de unos segundos.

La joven asintió y dando por terminado la conversación siguió su caminata.

-¡espere!-exclamo el rubio alcanzándola con facilidad.

¿por qué tenia piernas tan largas?

-¿desea algo más ?

-yo... solo quería hablar-respondió encogiéndose levemente.

Rashta no sabia si confiar en él o no.
Hace unos días la había amenazando, pero en estos momentos parecía un perrito abandonado que buscaba un nuevo dueño.

"Mantén cerca a tus amigos pero aún más a tus enemigos"

Si quería saber lo que Heinrey estaba planeando debía mantenerse cerca a él, eso seria peligroso pero necesario, debía ser muy precavida con lo que decía.

-esta bien, puede caminar conmigo-dijo retomando su paso nuevamente, pero esta vez con el joven a su lado.

-¿ese es su hijo?-pregunto señalando con la mirada al menor.

La pregunta solo hizo que la mujer se pusiera nuevamente alerta, no quería poner a Ian en riesgo.

-sí, se llama Ian-respondió agarrando con un poco más de fuerza al menor, pero no la suficiente como para molestarlo o herirlo.

-¡oh!, es muy parecido a...-

El príncipe trato de tocar al menor, pero este se movió, acercándose más a su madre, para evitar el contacto.

Eso dejo paralizado al de cabellos rubios, mientras que la de cabellos platinos miraba con orgullo a su hijo.

Ian era muy inteligente.

-¡ouch!, mi reina, Ian no me quiere-comento el de ojos magenta con gran dolor y decepción.

Ya somos dos.

-parece que no eres bueno con los niños-murmuro la joven con leve burla en su voz.

-¡lo soy!, tengo un sobrino de 5 años y él me adora-se defendió con un claro rostro de ofensa, para luego voltear su mirada al menor y entrecerrar los ojos-ya veras, muy pronto tu también me querrás.

El tono aniñado que el príncipe uso, causo la risa de la Lady.

La cual se contagio al bebe.

Heinrey miro la escena frente a el mientras una sonrisa verdadera se formaba involuntariamente en su rostro, era la segunda vez que hacia reír a Rashta y que casualidad también lo hiciera el menor nuevamente; incluso estaba casi 100% seguro de que la razón por la que el bebe lo había rechazado era porque sentía la rigidez de su madre ante su presencia.

Heinrey miro la escena frente a el mientras una sonrisa verdadera se formaba involuntariamente en su rostro, era la segunda vez que hacia reír a Rashta y que casualidad también lo hiciera el menor nuevamente; incluso estaba casi 100% seguro de que...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

(imagen editada por mi, las imágenes originales le pertenecen al webtoon)

Con su mirada únicamente en Rashta se pregunto: ¿Qué tan buena debía ser la mujer para causar tal devoción en su hijo?

-eres una buena madre.

La de ojos grises lo miro, pero no era como las miradas serias que le había dado cuando interactuaban en su forma humana, era muy parecida a la que le había dado cuando la había visitado en su forma ave, era una cálida, acogedora pero también ¿dolida?.

Heinrey no pudo mirarla fijamente mucho tiempo, era una mirada tan intensa que lo dejo anonadado y también lo estremeció.

-gracias...

Luego de parpadear varias veces para volver en si, dirigió nuevamente su mirada hacia ella.

-solo digo la verdad, no muchas nobles cuidan a sus hijos, muchas prefieren dejarlas con criadas y hacer sus cosas-murmuro el joven con una sonrisa triste.

Y ese era su caso, su madre había sido distante de él, preocupándose únicamente de su hermano mayor, y solo mirándolo a él cuando este se metía en problemas; era por eso que de niño había sido muy travieso, porqué quería que su madre le prestara atención.

-no voy a negar que hago trampa, dejo a Ian bajo el cuidado de las criadas cuando esta durmiendo, pero para cuando esta despierto siempre trato de estar con él, quiero darle la confianza de que siempre me tendrá, que su madre siempre velara por su cuidado y lo que consentirá. pero tampoco tanto, no quiero que se vuelva engreído o codicioso-dijo la joven acariciando el rostro somnoliento del menor.

-¿tu padres fueron así contigo?

La sonrisa de la joven decayó y eso fue suficiente respuesta para el rubio.

-no, ellos eran...distantes-esa fue la única palabra que ella encontró para no decir lo que en realidad eran sus padre.

Ambos la habían dejado a su suerte, su padre había vendido a su madre y a ella para no endeudarse y su madre nunca se preocupo por su bienestar, la ignoro como si ella no existiera.

-¿qué hay de ti?

El joven simplemente se congio de hombros y ella entendió lo que quiso decir.

Si bien los nobles podían adquirir muchas cosas con el dinero; habían otras, posiblemente más o igual imprescindibles, que no se podían comprar con el dinero.









POR UN MEJOR FUTURO (HEINREY x RASHTA x KOSHAR)Where stories live. Discover now