Primer año: Broma a las serpientes

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Entraron al cuarto de Andrew, viendo que estaba vacío, ya que su compañero había tenido que ir a su casa por una emergencia

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Entraron al cuarto de Andrew, viendo que estaba vacío, ya que su compañero había tenido que ir a su casa por una emergencia. Entraron al baño y sacaron el bote con pelos y semillas escaramujos de su escondite, tenían un color rojo granate intenso. Regulus y Aurora tenían sus guantes de piel de dragón, habían quedado en que Andrew vigilaba mientras los otros dos echaban los escaramujos en las camas de los Slytherins.

- Oye, una cosa – los dos chicos miraron a la pelinegra –. Echemos menos cantidad en la cama de Zabini. Es buen tío, no es como los otros.

- Estoy de acuerdo, él no me cae tan mal – dijo Regulus rebuscando en su mochila, Andrew asintió mientras metía el tarro que contenía las plantas en su mochila.

Se dirigieron al Gran Comedor y se sentaron en la mesa de Hufflepuff, como siempre que querían estar tranquilos. Ese día cenador más rápido que normalmente y fueron de los primeros en salir del lugar. Fueron camino al baño de chicas del segundo piso, que se conocía como el baño de Myrtle la Llorona. Myrtle Elizabeth Warren era un fantasma era una bruja nacida de muggles que fue seleccionada en Ravenclaw y murió en 1943 por causas desconocidas. A principio de curso les habían dado unos mapas para que se orientaran, Aurora pasaba mucho de su tiempo a pasearse por el castillo para memorizar los caminos, para no perderse cuando iba con el tiempo justo para llegar a alguna clase. Gracias al tiempo invertido, descubrió muchos pasadizos secretos que llevaban a partes totalmente distintas del castillo. Uno de ellos es el pasadizo del baño de chicas del segundo piso que llevaba hasta detrás de un elegante tapete de la sala común de Slytherin. No podían entrar por la puerta, ya que sospecharían de ellos y no les apetecía tener detención. Aunque Aurora ya tenía una detención por parte de la profesora McGonagall, en una clase de transformaciones estaba distraída y, sin haberlo querido, convirtió la túnica de Millicent Bulstrode en una especie de saco de patatas. Tendría que pasar tres horas en la oficina de la profesora realizando el castigo que McGonagall viera más oportuno.

- Esperad, antes de nada. ¿Qué es lo que tienes para que todo nos salga bien? – dijo Andrew mientras paraba a Regulus para que dejara lo que estaba haciendo.

- Vale, vale, pero déjame el hombro tranquilo – dijo el pelinegro con una sonrisa en la cara, rebuscó en su mochila y sacó una especie de manta de colores plateados, Aurora no tenía ni idea de lo que era, pero Andrew pareció emocionarse mucho.

- ¡No puede ser! ¿Cómo has conseguido una de estas? – preguntó el castaño tocando ligeramente la tela.

- No quiero sonar analfabeta, pero, ¿qué es eso? – preguntó la pelinegra, que no le veía sentido a emocionarse tanto por una manta.

- Solo observa y verás – Regulus la estiró y se al cubrirse con ella había desaparecido por completo, los ojos de Aurora se abrieron como platos. La cabeza del azabache se asomó, dejando ver una imagen algo grotesca, una cabeza flotante – Es una capa de invisibilidad, intenta imitar a la de la leyenda de los tres hermanos, pero se van gastando con el tiempo. Creo que los tres cabemos debajo, algo apretados, pero cabemos.

𝗙𝗘𝗟𝗟𝗜𝗡𝗚𝗦; pansy parkinsonWhere stories live. Discover now