Primer año: El hombre con dos caras

172 21 0
                                    

Era Quirrell

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Era Quirrell.

- ¡Usted! – exclamaron los mellizos.

Quirrell sonrió. Su rostro no temblaba en absoluto.

- Yo – dijo con calma – me preguntaba si iba a encontrarme con vosotros aquí, Potter.

- Pero nosotros pensábamos... Snape... – murmuró Harry.

- ¿Severus? – Quirrell rio, y no fue con su habitual sonido tembloroso y entrecortado, sino con una risa fría y aguda –. Sí, Severus parecía el indicado, ¿no? Fue muy útil tenerlo dando vueltas como un murciélago enorme. Al lado de él, ¿quién iba a sospechar del po... pobre tar... tartamudo p... profesor Quirrell?

Harry y Aurora no podían aceptarlo. Aquello no podía ser verdad, no podía ser.

- Pero ¡Snape trató de matarme! – gritó Harry.

- No, no, no. Yo traté de matarte. Tu amiga, la señorita Granger, accidentalmente me atropelló mientras corría a prenderle fuego a Snape, en ese partido de quidditch, y rompió el contacto visual que tenía contigo. Unos segundos más y te habría hecho caer de la escoba. Y ya lo habría conseguido, si Snape no hubiera estado murmurando un contramaleficio, tratando de salvarte.

- ¿Snape trataba de salvarme? – preguntó Harry, Aurora no había dicho ni una palabra, tenía su varita agarrada con tanta fuerza que sus nudillos se habían puesto blancos. Estaba lista para lanzar a Quirrell por los aires si intentaba algo contra ellos.

- Por supuesto – dijo fríamente Quirrell –. ¿Por qué crees que quiso ser árbitro en el siguiente partido? Estaba tratando de asegurarse de que yo no pudiera hacerlo otra vez. Gracioso, en realidad... no necesitaba molestarse. No podía hacer nada con Dumbledore mirando. Todos los otros profesores creyeron que Snape trataba de impedir que Gryffindor ganase, se ha hecho muy impopular... Y qué pérdida de tiempo cuando, después de todo eso, voy a mataros esta noche.

Quirrell chasqueó los dedos. Unas sogas cayeron del aire y se enroscaron en los cuerpos de Harry y Aurora, sujetándolos con fuerza.

- Sois demasiado molestos para vivir, Potter. Deslizándoos por el colegio de aquella manera en Halloween; por lo que sé, me descubristeis cuando iba a ver qué era lo que vigilaba la Piedra.

- ¿Usted es el que dejó entrar al trol? – dijo Harry.

- Claro. Yo tengo un don especial con esos monstruos. ¿No habéis visto lo que he hecho al que está en la otra habitación? Desgraciadamente, cuando todos andaban corriendo por ahí para buscaros, Snape, que ya sospechaba de mí, fue directamente al tercer piso para interceptarme, y no solo hizo que mi monstruo no pudiera mataros, aunque faltó poco para matarte a ti, niña, sino que el perro de tres cabezas no mordió la pierna de Snape de la manera en que debería haberlo hecho...

𝗙𝗘𝗟𝗟𝗜𝗡𝗚𝗦; pansy parkinsonWhere stories live. Discover now