Primer año: Halloween

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Había llegado el mes de octubre, lo que significaba que el otoño estaba en su punto ideal, los colores marrones, rojizos y amarillentos reinaban en los terrenos de Hogwarts

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Había llegado el mes de octubre, lo que significaba que el otoño estaba en su punto ideal, los colores marrones, rojizos y amarillentos reinaban en los terrenos de Hogwarts. Aurora amaba con toda su alma este momento del año, adoraba el otoño, era su época favorita del año. Se pasaba las tardes libres en los jardines del colegio, tumbada en la hierba junto a Regulus y Andrew, comiendo chocolate y hablando de temas cotidianos que hacían que los estudiantes de primer año se conocieran más a fondo y profundizaran su amistad.

Después de que casi expulsaran a su hermano y a sus amigos y luego de lo que Harry le había contado sobre la sala con el cancerbero, la pelinegra se unió a Harry y Ron una mañana para hablar sobre todo lo ocurrido. El de ojos verdes le había hablado al pelirrojo del paquete que recogió Hagrid de Gringotts aquel día en el callejón Diagon, y pasaron un largo rato preguntándose qué podía ser aquello para necesitar una protección así.

- Es algo muy valioso o muy peligroso – dijo Ron.

- O las dos cosas – opinaron los mellizos a la vez.

Pero como lo único que sabían con seguridad del misterioso objeto era que tenía unos cinco centímetros de largo, no tenían muchas posibilidades de adivinarlo sin otras pistas.

Ni Neville ni Hermione demostraron el menor interés en lo que había debajo del perro y la trampilla. Lo único que le importaba a Neville era no volver a acercarse nunca más al animal.

Hermione se negaba a hablar con Harry y Ron, pero, como era una sabionda mandona, los chicos lo consideraron un premio. Aurora no podía estar más en desacuerdo con los chicos, más tarde hablaría con Hermione para ver cómo se encontraba. Lo que realmente deseaban en aquel momento era poder vengarse de Malfoy y, para su gran satisfacción, la oportunidad llegó una semana más tarde, por correo.

Mientras los búhos volaban por el Gran Comedor, como de costumbre, la atención de todos se fijó de inmediato en un paquete largo y delgado que llevaban seis grandes autillos. Harry y Aurora estaban tan interesados como los demás en ver qué contenía, y se sorprendieron mucho cuando los búhos bajaron y dejaron el paquete frente al pelinegro, tirando al suelo su beicon. Se estaban alejando cuando otro búho dejó caer una carta sobre el paquete.

Harry abrió el sobre para leer primero la carta y fue una suerte, porque decía:

NO ABRAS EL PAQUETE EN LA MESA. Contiene tu nueva Nimbus 2000, pero no quiero que todos sepan que te han comprado una escoba, porque también querrán una. Oliver Wood, te esperara esta tarde a las siete en el campo de quidditch para tu primera sesión de entrenamiento.
Profesora McGonagall

Harry tuvo dificultades para ocultar su alegría mientras le alcanzaba la nota a Ron.

- ¡Una Nimbus Dos Mil! – gimió Ron con envidia –. Yo nunca he tocado ninguna.

Salieron rápidamente del comedor para abrir el paquete en privado, antes de la primera clase, pero a mitad de camino se encontraron con Crabbe y Goyle, que les cerraron el paso. Malfoy le quitó el paquete a Harry y lo examinó.

𝗙𝗘𝗟𝗟𝗜𝗡𝗚𝗦; pansy parkinsonKde žijí příběhy. Začni objevovat