El Primer Héroe - El único deseo del demonio [Rojo y los héroes del nuevo mundo]

Capítulo 1 - Los héroes del nuevo mundo -

— Promete que si te vas a ir volverás por mí — dijo Lara en recuerdos.

— Solo si tú también lo prometes, je, je, je.

— Te lo prometo — abrazo a Percy demasiado fuerte y luego le hablo al oído — pero debes prometerme que no iras mañana en la noche... si lo haces, no nos casaremos.

— Je, je. Te lo prometo.

Luego de eso la imagen de Doble Filo atravesando el pecho de Percy se le presentó en su sueño y de inmediato se sentó en la cama, en su mano tenía agarrados dos anillos con formas de dragones asiáticos. Su cara mostraba frustración y su frente goteaba sudor.

Tan rápido como ella se sentó en la cama, unos brazos se colocaron en sus hombros.

— ¿estás bien, cariño? — le dijo una voz masculina.

— Si... — tomo un respiro — nada más fue... una pesadilla.

•••

En las calles se daba inicio a conmemoraciones al enorme sacrificio que había realizado Rojo, hace cinco años, el marzo de 1900 él le había mostrado a la ciudad que todos estaban equivocados. Las calles prácticamente eran todo un carnaval, había gente que iba disfrazada de Rojo.

Cerca al centro de departamentos de historia se hicieron presentes muchas personas, pero más que todo "HÉROES". Después de la muerte de Rojo, una parte de la población en el mundo había decidido tomar trajes y nombres al azar, buscando quedar marcados en la historia, como lo había hecho el demonio de ciudad escarlata y su grupo de "Héroes por siempre" aunque la gente no solía admirar su trabajo, más, sin embargo, agradecían ser símbolos.

Una aeronave del tamaño de un palacio sobrevoló encima del centro de departamentos de historia, llenando de sorpresa y emoción a la gente que se había reunido en el lugar. Salió de la misma una soga de la cual se deslizó una mujer de pelo blanco. Al llegar al suelo, la aeronave se retiró dejando el cielo vacío.

Aquella mujer iba vestida de gabardina de cuero, con botas y camisa dentro. Prácticamente, toda su vestimenta era de color blanco, lo cual debería haberle dado un aspecto algo angelical o calmado, pero, al contrario, llevaba un parche que cubría su ojo derecho, y la expresión de su rostro era demasiada seria. Se paró frente al atril que contenía un micrófono conectado a los parlantes que daban música al sitio.

No paso mucho tiempo hasta que apareció la prensa.

— Muy buenas tardes a todos — comenzó a hablar la mujer de blanco — me presento, yo soy la General de guerra Niara Croft Caveran, comandante general del grupo armado de defensa y combate contra amenazas organizadas First Era, o abreviando "G.A.D.C.C.A.O. F.E." pero ustedes pueden llamarnos vulgarmente solo organización F.E.

— ¿Por qué el gobierno los invito a una conmemoración anual como esta? — dijo un periodista.

— Es una muy buena pregunta, hace cinco años el destino caprichosamente escogió un grupo de individuos para pelear una batalla que nadie más se atrevía a pelear, dando inicio a un nuevo mundo y un juramento... ser "Héroes Por Siempre" ... Eso fue ya hace demasiado tiempo, pero ahora se ha presentado una nueva amenaza que las fuerzas armadas de los distintos países no pueden enfrentar.

— ¿Qué quieres decir con eso? — añadió otro periodista.

— Que necesitamos de nuevo a las personas que hicieron aquel juramento.

•••

Después del discurso, todos los personajes de gran importancia en el lugar se reunieron en son de celebración, un evento formal, donde todos estaban vestidos de traje y se servía champán en copas de vino con una mini orquesta tocando cancán.

El sitio se encontraba la comandante general Niara Croft Caveran, no había cambiado su atuendo blanquecino para asistir, y tomaba una copa de forma solitaria, tal vez porque su imagen era amenazante, nadie se atrevía a dirigirle la palabra, con excepción de un hombre, alguien a quien la comandante general ya conocía.

— Es placentero saber que quiere reunir a un grupo de lunáticos que evadieron todas las reformas de las leyes hace cinco años para cambiar la historia de la humanidad — dijo el hombre mientras se ponía al lado de la dama de blanco.

— Ciertamente, a veces se puede olvidar que esos hombres y mujeres hicieron lo que policías destinados a brindar seguridad no hicieron — contesto la General Niara — estos hombres que se hacen llamar "héroes" no son más que un remedo, un insulto a la memoria de aquellos de hace cinco años.

— No puedo discrepar con usted en eso mi General, solo son objeto de propaganda y marketing, pero también dispenso con usted al pedir al gobierno permiso para reunir al grupo de héroes y enfrentar la amenaza que aqueja el mundo.

— ¿a qué se refiere, señor Dabba? — dijo la General al mismo tiempo que se giraba para estar de frente y observarlo con el único ojo que no estaba cubierto.

— Bueno, ahora parece ser que la naturaleza tiene el poder para revelarse, sabe, cuando el hombre tiene el poder en sus manos se vuelve peor que un animal, unen su poder e inteligencia en contra del progreso de las especies en general, nada más le importa su propio beneficio.

— Hable sin rodeos...

— Claro, usted dijo que ese grupo de héroes tiene una solución para esa amenaza, esto no es una amenaza, es una revelación de la naturaleza y yo estoy a favor de aquello... en cuanto yo vea a ese grupo de tontos salvajes en uno de mis bosques — se acercó a su oído para susurrarle — ... Los destruiré.

Con esas últimas palabras se retiró de cerca de ella, no le hubiera tomado importancia de no ser porque era quien conocía como su peor enemigo de hace años, el historial del Cazador Daji Dabba era tan largo como su gabardina. Para ella era increíble imaginar el porqué las autoridades no habían hecho nada para detenerlo, y la verdad es que ni siquiera ella lo había logrado.

•••

Después de todo ese tiempo, Kora había tomado una vida tranquila y normal trabajando de nuevo en el antiguo trabajo que tenía antes de conocer a Rojo. La demolición sin duda era su rubro preferido. Golpear y destrozar cosas le quitaba el estrés que le generaba ser tan fuerte que al intentar abrir un frasco lo rompía, o posiblemente dar un apretón de mano para ella podría significar gastar dinero en una persona hospitalizada.

Se encontraba alegremente destrozando una vieja construcción de tres pisos con una grúa que sostenía una esfera metálica enorme, quiso seguir, pero de inmediato apago la grúa al ver alguien entre el humo que salía por el techo de la vieja casa.

Cuando el polvo se disipó vio una persona vestida de ángel, con un rostro amenazante y tuerto. Dio un salto desde el techo y luego de aterrizar en el suelo se dirigió a Kora.

— Kora Been, hace cinco años ayudaste a Rojo, necesitamos de tu ayuda — dijo la General Niara.

— ¿necesitamos? ¿Quiénes? — pregunto Kora confundida.

— El mundo entero.