Capítulo 7 - Reencuentro familiar -

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Cuando entro en conciencia se dio cuenta de que estaba sentado en uno de muchos asientos que tenía un tren el cual no conocía, de pronto le hablo un hombre encapuchado que se encontraba sentado en los asientos paralelos, más a la derecha de sí mismo.

— No imagine que volvería a verte — le dijo el hombre, no se veía su rostro, solo que vestía completamente de blanco.

— ¿Qué paso? ¿Dónde estoy? — pregunto tartamudeando por el susto que sentía.

— Estás en un nuevo viaje...

— Pe-pensé que ya no nos vo-volveríamos a ver... ¿Estamos en el cielo?

— Humm, ya te he dicho que eso no existe y que yo no soy dios... bueno, únicamente he venido para hacerte una pregunta — dijo el ente poniéndose de pie mientras se dirigía a una de las puertas.

— ¿Qué... que pregunta?

— ¿Qué harás con los dones que se te han otorgado?

Las puertas se abrieron, en tren seguía avanzando por el túnel, el ente avanzo y se pulverizó en una materia dorada en la pared del túnel. Percy vio sus manos y las mismas estaba de varios colores, como si piel fuera papel y varios niños hubieran venido a dibujar en él.

De repente el tren se dividió en cuatro, como una salchicha cortada por lo largo, Percy salto para ponerse en la parte más segura, y lo que veía afuera eran las nubes, y todo el escenario era cósmico, estrellas por todas partes. Su corazón iba acelerado mientras gritaba.

Parecía estar viajando a la velocidad de la luz porque los puntos brillantes que representaban a las estrellas pasaban ante sus ojos como si fueran balas, entonces puso sus manos frente a su rostro una vez más y ahora su carne se hacía polvo, dejando solamente sus huesos, comenzó a gritar y perdió el conocimiento.

Su corazón comenzó a latir y el monitor de medición de signos vitales dibujaba su señal de vida, su pecho se infló al respirar, y su piel comenzó a colorarse de pálido a naranja, dando la señal de que al fin había ocurrido lo que se debía.

Abrió los ojos, entro en conciencia, después de tanto tiempo parecía haber vivido un sueño de mal augurio. Se sentó rápidamente y lo primero que se le vino a la cabeza fue el querer saber la fecha en la que se encontraba.

Miro, a su alrededor, estaba en una habitación blanca, dentro de una cama de hospital, con varias agujas y cables conectados a su cuerpo para medir sus signos vitales. Se quitó toda esa indumentaria del cuerpo y quiso bajar de la cama, cuando se cayó rendido al suelo fue que se dio cuenta de que llevaba demasiado tiempo pegado a aquella cama.

La fuerza de su cuerpo era mínima, no podía ponerse de pie, así que uso la poca fortaleza que le quedaba en los brazos para poder llegar a la puerta, estando cerca la abrió y salió al pasillo. Cuando salió vio un pasaje extenso hacia su izquierda y su derecha, sin puertas, sin equipos y sin personas. Nada, ni nadie.

Se siguió arrastrando con sus brazos, entonces comenzó a caer agua del techo, como si de una ducha se tratara bañándolo a él y a la bata que llevaba puesta, de a poco pudo sentir algo más de fuerza en sus piernas, suficiente como para poder ponerse de pie y avanzar como si estuviera aprendiendo a utilizar las piernas.

En cuanto encontró la primera esquina también se encontró con un espejo a la vuelta de la misma, se paró a observar su imagen por un momento. Lo que veía era un hombre derrotado, una quemadura enorme en su ojo izquierdo y dos cicatrices de cortes en su mejilla derecha.

Se acercó un poco más a su imagen, tambaleando, y luego reparo su visión en el iris y la pupila de su ojo izquierdo, tenía marcas, su iris era de color rojo, y de su pupila salían líneas parecidas a tatuajes. Se asustó de sí mismo y avanzo confundido por lo que acababa de ver.

El Primer Héroe - El único deseo del demonio [Rojo y los héroes del nuevo mundo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora