Capítulo 23 - Guerra -

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Lara estaba soñando en sus sueños profundos que Percy se acercaba a él le entre todo el sonido de la guerra y el fuego Polvorosa de las armas. Él estiraba su mano para levantar la del suelo, y cuando al fin estaba parada frente a él todo el suelo a su alrededor se cubría de flores y pasto verdoso.

La guerra a su alrededor se detenía, los hombres bajaban a sus armas en cuanto las plantas los alcanzaban, y las armas se volvían pequeños árboles. Ella observó a Percy a los ojos, en sus sueños era como la primera vez que lo había visto.

El pelo cubría un lado de su cara, no tenía la cicatriz en su ojo ni en su mejilla, parecía al fin en paz. Estaba tan feliz que incluso le salieron lágrimas, lágrimas que sintió reales, muy reales. Quiso besarlo, pero en ese instante una figura humana de color rosado los separó a ambos tomando de la mano a Percy.

— Te busqué mucho tiempo, Percy, te lo Prometo —le juraba Lara mientras intentaba acercarse, pero vanos eran sus esfuerzos, por que el baño rosado no le permitía acercarse.

— Lo sé, Lara —respondió Percy, dejando la figura rosada atrás para poder acercarse a Lara—, lo sé, pero es hora de continuar...

— Te he extrañado demasiado —añadió ella y lo tomó de la mejilla, la mano de Percy seguía tomada de la figura rosada.

No dudó en acercar los labios de Percy a los suyos y finalmente lo beso, entre lágrimas que salían de sus ojos. En cuanto despertó, sintió los labios reales, pero no eran de quien esperaba, sino de su novio, Boris.

Le había dado respiración de boca a boca, minutos antes habían pasado por un río, pero los ataques del Ejército Hindú hicieron que Lara perdiera el control y se fuera río abajo, desviando al equipo en su búsqueda.

En cuanto se dio cuenta de lo que estaba haciendo Boris lo Quito de encima de ella, se sentó y expulso de su boca un poco de agua y luego empezó a toser. Al lado suyo estaba Boris, algo enojado por la forma en la que Lara lo había apartado

— ¿En dónde estamos? —pregunto Lara tomándose de la garganta esperando que no saliera más agua que le causara el desagradable escozor que sentía.

— Hemos cruzado la frontera hace días señorita Lara —le respondió Dark, el joven androide—, todavía no he encontrado señales del señor Rojo, tendremos que pasar la noche aquí, esperando que ninguna tropa Hindú nos ataque.

— No puedo seguir durmiendo, suficiente ha sido con que me haya quedado inconsciente —respondió Lara poniéndose de pie rumbo hacia la ciudad—, debemos continuar la búsqueda.

— No podemos —le dijo Boris detrás de ella poniendo sus manos en el hombro de ella—, te hemos cargado en todo el trayecto, el equipo está agotado y necesita descansar.

Ella estaba furiosa, pero volteo a ver a todo el equipo que claramente estaba agotado, con la cara negra por la tierra que seguro les salto en los ataques armados, recapacite y luego afirmo con la cabeza y tomó asiento mientras Boris se retiraba.

Casi de inmediato, Kora se sentó a su lado y luego puso su mano en su hombro.

— ¿Qué mente lo encontremos?

— ¿a qué te refieres? — le pregunto Lara con confusión.

— Sabes bien a lo que me refiero, Percy, han pasado cinco años y aun así no has logrado olvidarlo, pero las cosas no saldrán bien porque está Boris... tendrás que escoger entre los dos.

— Eso no es cierto, no tengo que tomar ninguna elección, porque sé demasiado bien lo que quiero.

— ¿y qué es lo que quieres? Lara —ella miró a Kora por unos segundos y luego dejo caer su cabeza con los ojos cerrados—, escucha todos estamos aquí por una motivación, míranos...

El Primer Héroe - El único deseo del demonio [Rojo y los héroes del nuevo mundo]Where stories live. Discover now