Capítulo 9 - El espíritu de Azuro -

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Después de tanto griterío, Niara finalmente puso su mano el hombro a Percy, este le quito la mano de un golpe y se puso a correr fuera de la habitación, en cuanto salió vio a más seres con el mismo aspecto, pero tenían diferentes tipos de cuernos. Encontró la forma de salir de aquel castillo, al parecer no era broma que todo estaba hecho de cristal.

En cuanto salió se sintió raro, todos tenían la piel roja y lo observaban de una manera extraña, porque él no era igual a ellos, siguió corriendo, no tenía con que cubrirse el rostro. Corrió con tanta velocidad que levantaba polvo al echar carrera, no avanzo más por chocarse con uno de los seres de ese lugar.

— Oye, ten cuidado amigo, je, je, je, podrías chocarte con un Risifo — le dijo el ser con una voz de adolescente.

— No le hables, es un extranjero, seguro recién está descubriendo que es un demonio — le espeto una voz femenina a su lado.

— Déjame ayudarte a levantarte — dijo el adolescente extendiéndole la mano.

En cuanto se levantó observo al grupo con más cuidado, iban vestidos con batas de color negro con Rojo, el primero que le hablo tenía el pelo corto y café, sus seis ojos era color verde, sus cuernos estaban tres dedos por encima de sus ojos, cargaba con él, un cilindro del tamaño de un barril, no más grueso que su propio cuerpo, a sus espaldas.

Sus acompañantes, la que le respondió, tenían el pelo carbón y los ojos amarillos, sus cuernos de igual forma están tres dedos sobre sus ojos, pero estos estaban en los lados de su cabeza, a la misma rectura del final de su mandíbula, y se doblaban hacia adelante, parecían más lo de un toro, tenía el pelo color carbón.

Y la última, tenía el pelo corto, con dos trenzas que recorrían los lados de su cabeza, al parecer era tímida, no hablaba y se escondía detrás de la otra señorita, tenía los ojos nublados, como si fuera ciega y sus cuernos estaban por sobre sus ojos, pero estos mismos no eran más grandes que su meñique.

— Un gusto, mi nombre es Terion — dijo el adolescente —, ella es Demira — señalo a la chica enojona — y la última es nuestra amigable amiga Saria.

— Es un gusto...

— Eres nuevo, ¿verdad? Verás, nos hicieron llamar desde el reino para asistir a la asignación del nuevo integrante del grupo, veo que vienes de allá, ¿no viste por si acaso a Deyxam Drako?

— No, no lo he visto lo siento.

Se hizo a un lado y comenzó a correr, en cuanto se alejó de ellos, Demira le dijo a Terion — los extranjeros siempre tienen malos modales —. Vio a lo lejos una montaña y decidió subir hasta la punta de la misma.

En cuanto llego se puso a observar el paisaje que tenía ante sus ojos, una tierra llena de vida, donde parecían convivir animales con... esos seres, donde los árboles formaban parte de las casas y todo parecía estar en paz con el medio ambiente.

No era una ciudad, mejor dicho, era un pueblo con un castillo de cristal rojo en medio. Un pequeño pueblo dividido en dos por un río que descendía desde la cordillera de montañas en "U" que rodeaba el lugar, y al parecer él había subido en una de las montañas de aquella cordillera. Le encantaba lo que estaba viendo, era como el edén relatado en los libros bíblicos.

Escucho un portal abrirse detrás de él y del mismo salió su madre, sus nervios todavía le gritaban del susto, todo era nuevo, tan rápido y parecía no conocer nada.

— Sé que estás asustado, hijo, pero debes comprender lo que te diré.

— ¿to-todo esto es real? — dijo con tono tartamudeante — ¿no estoy dro-drogado?

El Primer Héroe - El único deseo del demonio [Rojo y los héroes del nuevo mundo]Where stories live. Discover now