Capítulo "Un Portal"

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Para Sun Hollens de tan sólo dieciocho años su mundo estaba sumido en numerosas interrogantes, inexplicables e incuestionables por numerosas razones, ya que si le comentaba a alguien de estas sin lugar a dudas la tacharían de loca. Disímiles pensamientos bizarros se apoderaban de su mente cuando estaba recostada en su cama la cual podía describirse como confortable pero a la vez no le brindaba la posibilidad de que despejara su mente de aquellas ideas tan inquietantes.

- ¡Sun baja a desayunar! - El estridente grito proveniente salón, escuchó, siendo lo único capaz de sacarla de la profundidad de su mente.

Le resultaba una hazaña interiorizar que sus sueños no eran más que una fantasía creada por su cerebro llegándola a confundir , al punto de odiar esa sensación que albergaba .Se sentía ajena a los hechos que acontecían su alrededor , mas , le preocupaba perderse algo de aquella desconocida realidad alterna en la cual fuertemente creía. Sin darse cuenta ya estaba en aquel salón sentada a la mesa realizando el monótono ritual de cada día en la mañana.

- Abuela, ayer Sun estaba hablando mientras dormía, decía cosas como "No te vayas" "No me dejes sola".- Comentó entre risas la hermana menor de la joven de cabellos color ocre, la cual era una niña regordeta de voz aguda y cabello castaño recogido en dos coletas y al igual que su hermana pecoso rostro; causando que la persona de la cual "chismeaba" con su abuela le mirara aborrecida por la inmadurez que demostraba su hermana.

- Eso no te incumbe Moon.- Bufó molesta la mayor de las castañas a la vez que golpeaba con la palma de una de sus manos la mesa para luego hacer esta un puño.

- Sun, esas no son formas de hablarle a tu hermana, además creo que estás demasiado tiempo en tu celular, chateando, leyendo esas boberías o jugando jueguitos, deberías dormir más, para ver si recuperas tus horas de sueño y dejas de pensar en estupideces.- Le regañó su abuela mientras le daba un sorbo al amargo café que hace unos minutos había preparado.

- Abuela , se me olvidó decirte pero ayer llamó a la casa la señora Horan ,parecía que quería decirte algo importante .- Mencionó la menor de las castañas en un tono sospechosamente inocente llegando a tener una pizca de travesura en él causando que la adulta presente desviara la atención de su desayuno para interrogar la mayor de sus nietas.

- Sun.- Le llamó- ¿Por qué la jefa de disciplina de tu universidad llamó a casa? ¿No te habrás metido en ningún lio? ¿Verdad? - Cuestionó dedicándole a la aludida una mirada perspicaz logrando que la joven recordara fugazmente como el día anterior una chica rubia había terminado con una malteada en su cara después de tacharla de loca.

- No pasó nada... Debe haber sido una equivocación.- Mintió jugando con uno de los cubiertos que se encontraban al lado de su plato, trató de inventar una excusa creíble, pero su cerebro parecía interesado en hacerle quedar mal en esos instantes.

- Sun Hollens dame tu teléfono celular.- Ordenó en tono autoritario la mayor de los presentes.

-Por favor, no el celular, te juro que fregaré, limpiaré y lavaré todo el mes, pero no me lo quites.- Rogó imitando un tono lastimero mientras realizaba unos pucheros que harían de todo menos conmover a su abuela.

- Sun, el celular ahora.- Exigió para que a los segundos Sun le entregara de mala gana dicho objeto.

- Me voy.- Anunció tomando su mochila para marcharse lo más pronto a la facultad de Historia del Arte.

No aguantaba esa realidad.

Se sentía cautiva.

Se sentía... sola.

Después de tomar un taxi hasta su centro educativo con parsimonia se dirige a la entrada de la colosal universidad, donde es detenida por la voz de una persona que conocía perfectamente desde que era una niña.

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