Capitulo 32

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Un sonido la hizo despertar, no tenia idea en donde estaba... sin embargo una canción se comenzó a escuchar respiro agitada. Mientras la canción comenzaba a sonar una voz conocida iba cantándola a medida que se acercaba.

B: ¿Que carajos pasa Hector? ¿Por que haces esto? -dijo sintiéndose acostada en una cama-

H: No escuchas la canción es perfecta para nosotros.... -dijo extasiado- espere tanto este reencuentro. Al fin estamos juntos. -termino mientras sonreía- soy tuyo con la misma magnitud que eres mía.

B: Estas loco. -dijo negando- No entiendes, te tengo asco... y quiero que me dejes ir ¡Ahora!

H: The more you Ignore me, The closer I Get -canto- No lo entiendes, despues de todo lo que hemos vivido ¿crees que te dejare ir? -lo miro aterrada- nuestro destino es estar juntos.

B: Eso no puede ser... -dijo mientras se arrinconaba en la esquina al ver que este se sentaba en la cama.- Tu... ¡Tu estabas en prisión!.

H: Lo estaba... Tu me enviaste a la cárcel -dijo ronco- no me dejaste hablar, explicarte. Dejaste que tu odio te ganara y pasaste por encima de nuestro amor.

B: Nunca hubo un amor. -atacó- tipos como tú no creen en el amor. Solo soy una maldita obsesión.

H: Tal ves -dijo encogiéndose de hombros- Pero, como venia diciendo. Encontré más lealtad entre delincuentes que entre policías. -aseguro- no fue difícil llegar a un policía corrupto.

B: Tienes una condena, ni siquiera puedes salir por buena conducta... -dijo histérica.- ¿Te escapaste?

H: Si, dando el dinero correcto todo mundo hace lo que se les pide. Salí en libertad como todo un caballero. -cambió su tono de voz, mientras comenzaba a tocarla- Sabes que haría cualquier cosa por ti.

B: No se que más quieres de mi. -dijo asustada- me has quitado todo, me quitaste a Mitchell, me quitaste mi vida, me quitaste tanto. Y eso... es solo por ti, es por tu culpa.

H: Bea -se burló- fue por tu bien, tu vida era un desastre; ni siquiera puedes escoger una buena pareja. -la tomó de las piernas y se coloco a horcajadas de ella- Yo, daría mi vida por ti. Yo te merezco, más que a cualquiera, más que al imbécil de Mendoza.

B: Si le haces algo a él te juro.... -la cachetada la corto- ¡vuelve a hacer eso, y voy a arrancarte los huevos!

H: No estás aquí para ordenarme que hacer, bastante tengo con que te hayas ido con el, a revolcarte mientras yo estaba dormido. -siseó- Te fuiste a Bogota con el, -mencionó furioso- te vas a quedar aquí hasta que venga una doctora a revisarte no quiero sorpresas.

B: ¿Sorpresas? De que estás hablando.

H: Ver si estás embarazada. -simplificó- no dudó de ti cielo. Pero Mendoza, ummm bueno cuerpo es cuerpo. Te voy a dejar aquí. Si te portas bien Te dejaré subir vale. -hizo un ademán de besarla y Betty se alejó- No hagas eso Bea. Déjame sentirte. -La beso suave, mientras Betty apretaba los labios- Veras que aquí volverás a amarme, si es que nunca dejaste de hacerlo. -Y diciendo esto abandono en cuarto.-

El espacio estaba limpio. Había dos ventanas las cuales estaban cubiertas pero no dejaba ver si era de día o de noche. La música seguía sonando y la luz blanca iluminaba el espacio. Estaba encadenada de los pies. Y no podía acercarse a las ventanas mucho menos a las puertas.

Sin querer pensó en el embarazo. Había puesto su cita con la ginecóloga dentro de dos días. Y había hecho planes de llegar cuando regresara a Bogota. No sabía si estaba embarazada, y tuvo miedo, por que si lo estaba no era su vida la que corría peligro si no el de su bebe. Un bebe con Armando.

𝐀𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐫Место, где живут истории. Откройте их для себя