[05]

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Me desperté sobresaltada cuando mi cerebro registró el cambio de sensaciones. Una sombra negra se cernía sobre mí y no me permití gritar, solo traté de agarrarla, defenderme de alguna manera.

—¡Soy yo! Soy yo, Celeste.

—¿Félix?

—Perdona por despertarte.

Lentamente solté las solapas de lo que me di cuenta que era su uniforme de paladín y sus alas negras generaban más sombras todavía.

Me froté la cara inspirando aire mientras trataba de tranquilizarme.

—Dios mío, qué susto me has dado.

—Lo siento. Creí que me habías oído tocar la puerta pero no respondías —dijo sentándose en el borde de la cama—. Te encontré durmiendo en el baño así que no quería despertarte.

—¿Me has traído a la cama? —Él asintió con sus ojos azules que me miraban cálidos. Suspiré—. Increíble...

—¿No debí levantarte del suelo?

—No es eso —negué mirando el techo a través de mis dedos—. En otros tiempos cualquier sonido fuera de lo normal me habría despertado. Estoy más desentrenada de lo que creí posible.

Él no respondió así que me incorporé y me senté en la cama con la espalda pegada al cabecero. Aún llevaba puesta la ropa del desayuno así que tiré de las mangas del suéter ancho hasta taparme las manos marcadas.

—¿Querías algo de mí?

Félix miraba la decoración simple de mi habitación. También unió sus manos de manera nerviosa. Sus alas descansaban naturalmente sobre las sábanas. El contraste era evidente sobre la ropa de cama asalmonada. Me di cuenta de que había dejado encendida la lámpara de la mesa de noche y esta era la única luz que iluminaba mi habitación.

—No pude evitar oír lo que dijiste en el desayuno.

—Lo dije con la intención de que me oyeran todos.

—Sí, claro que sí. Lo que pasa es que no sabía que lo estuvieras pasando tan mal. Changbin se preocupa como es normal en un hermano mayor, pero creí que estaba exagerando.

Hizo una pausa con la mirada perdida en algún lugar que solo él veía.

—No quería que lo supieras, Félix, no te preocupes. Gracias por tu preocupación —suspiré—. No quiero la lástima de ellos ni la de nadie.

Frunció el ceño cuando volvió la vista a mí.

—¿Lástima? Nadie te tiene lástima.

Me encogí de hombros negando con la cabeza. 

—No importa.

Soltó una risa sarcástica. 

—¿Cómo van a tenerte lástima sabiendo que ninguno de ellos hubiera regresado vivo de una experiencia así?

Apreté la punta de la lengua contra un colmillo y me clavé las uñas en las palmas de las manos. 

—Da igual, Félix.

—A mí no me da igual, Cele. Eres mi cuñada y eres parte de mi familia también. Creí que estarías bien rodeada de la gente que te quiere pero olvidé que son vampiros. Y tú también lo eres —Fruncí el ceño sin entender a dónde quería ir a parar—. Aunque Changbin, Minho y Jisung ya sientan como una persona normal, han sido criados sin sentimientos y han aprendido a vivir así. Ninguno de ustedes comprende por lo que estás pasando.

—No necesito cuidados especiales.

—No seas estúpida. Claro que los necesitas. Yo los necesité también. 

Dux Et General [2] Where stories live. Discover now