[08]

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Pasaron los días y yo no volví a salir a correr por los bosques, echaba de menos la peluda, silenciosa y gruñona presencia de Gris pero no me sentía con fuerzas para nada. Trataba de mantenerme despierta por mis hermanos pero en cuanto me apoyaba en algún lugar, caía dormida. Eran sueños turbulentos y normalmente me despertaba con arcadas sin acordarme de lo que había soñado.

Changbin había traído varios médicos vampiros para tratar mi salud, evitar que mi estómago fuera tan sensible y retuviera algo de alimento así como evitar que durmiera tanto. Los médicos diagnosticaron narcolepsia y dijeron que habían personas que sufrían de esa afección crónica. Changbin los echó a todos diciendo que esto no podía ser tan repentino y que debía haber una solución. También recomendaron beber sangre más frecuentemente pero la sangre de bolsa sabía ácida y olía aún peor que un cuerpo en descomposición. Era peor beber sangre que lo que se supone que debía ser. Traté de beber sin saborear porque Changbin parecía realmente enfadado conmigo uno de esos días. También trataron de darme su sangre pero era como beber ácido y solo me hacía vomitar la sangre que ingería y la mía.

¿Aquello debía darme miedo? Sí, debería. Pero no me importaba, solo no quería que doliera más. Y beber era doloroso; sentía que mis intestinos se ulceraban y sangraban. Los ojos se me llenaban de lágrimas cuando veía aparecer a Changbin y sabía lo que iba a volver intentar que hiciera. 

Un día, tras vomitarle a mi hermano todo lo que había tragando y rogarle entre lágrimas que me creyera cuando le decía que no podía hacerlo, me pidió perdón y juró que encontraría otra forma.

Mis hermanos no sabían qué hacer conmigo, yo no quería hacer nada ni tenía ganas pero su preocupación me preocupaba. Por lo menos lo hacía hace unos días. 

La casa estaba más agetreada estos días pero no había prestado mucha atención al por qué. Jisung subía a mi habitación a veces y se ponía a afilar sus cuchillos sobre mi cama mientras se cogía las confianzas que obviamente le había dado. Sus chistes y bromas se habían opacado y se veía que se esforzaba.

—Te echamos de menos, Cele —me había dicho un día con la voz gruesa—. Los demás hacen lo que pueden para no presionarte. Hyunjin mantiene el gimnasio en las mejores condiciones para cuando vuelvas y Minho dice que cuando te recuperes quiere acompañarte a "jugar con lobos" —rió sin diversión.

Los párpados me pesaban y siempre hacía un esfuerzo para mantener los ojos abiertos. No sabía por qué tenía tanto sueño, pero tampoco me importaba mucho.

Tenía miedo de cualquier sombra que veía, cualquier ruido repentino o movimiento brusco y en los momentos antes de dormirme siempre recordaba las sombras, sus aspectos bestiales, sus ojos como carbones incandescentes... y sus palabras. 

<<Sois su prometida>>

<<Que hermosa>>

<<Que digna>>

<<Lleváis su marca>>

Y cada vez que lo pensaba se me revolvía el estómago vacío. Pero no había vuelto a ver esas sombras. 

Ahora Lore estaba sentada en la alfombra de pelo largo delante de la cama mientras me pintaba las uñas del mismo color dorado que las de ella mientras hablaba de algo que había descubierto recientemente.

—Pero, claro que no iba a ser tan fácil... —suspiró—. En fin... Ahora parece que Phalea lo tiene más controlado pero la marquesa Deinicio sigue erre que erre con su desacuerdo y lastimosamente parece que tiene todo el apoyo de la iglesia. Estoy tratando de descubrir la manera de... convencerla de su error —dijo dando un sentido implícito de cómo pensaba convencerla, pero no contesté, tenía la garganta seca pero tampoco es que hubiera usado la voz mucho estos días. No tenía ganas—. Todos tienen un punto débil. Y lo voy a descubrir cueste lo que cueste. Esa mujer está empeñada en ponerle la zancadilla a nuestro hermano y no lo voy a permitir.

Dux Et General [2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora