|16|

252 49 7
                                    

En cuanto puse un pie dentro de la cerca de madera, el espacio comenzó a cambiar, la maleza creció y aparecieron más árboles que antes no estaban. Las raíces salieron del suelo y las ramas del árbol mayor cubrieron el cielo y la poca luz que iluminaba el lugar. En pocos segundos la explanada no tenía el mismo aspecto que cuando había llegado.

Según Chan el objetivo era simplemente llegar al otro lado del cercado. Antes me pareció fácil. Ahora no veía casi nada a pesar de mi visión mejorada de vampiro y para complicarlo más una espesa bruma cubría el suelo. No veía nada, ni las raíces engrosadas que sabía que estaban allí.

—El campo de entrenamiento que usamos está encantado por un espíritu. Digamos que tiene personalidad propia. Se adapta a la capacidad del que entra en él pero añadiré algunas modificaciones para ti —había dicho Chan—. Recuerda lo que hemos practicado. Trata de mantener la mente despejada. No te guíes por lo que ves, trata de sentir cuál es el camino correcto.

Cuando el suelo dejó de temblar supuse que ya podía empezar mi prueba. Me dí una palmadita en la espalda mentalmente por no sorprenderme por tremendo cambio de paisaje.

Escuché atentamente, oía pasos a lo lejos, los pasos de Chan aplastando la tierra mientras rodeaba el cercado, de resto... Estaba demasiado silencioso. Ni siquiera se oía el constante ulular de las aves nocturnas. La bruma lamía mis pies invitándome a entrar más.

Respiré hondo y traté de despejar la mente. El aire esta vez era pesado. Nunca me hubiera dado cuenta de ese hecho antes de mi entrenamiento con la respiración. De un salto me agarré a la rama más baja del árbol y salté de una a otra evitando las raíces dudosas y la bruma extraña. No sentía nada en particular que me guiara hacia una dirección en concreto así que simplemente continué hacia adelante. Una de las ramas tenía musgo resbaladizo que me hizo perder el equilibrio, pero lo compensé gracias a mi entrenamiento en la Guardia. Ese no era un problema. El problema de verdad era que llevaba más de veinte minutos saltando de rama en rama y aún no veía el fin. El cercado no era tan grande como para esto.

Paré sobre la rama decidida a cambiar de plan. La madera era tan gruesa que me permitía estar de pie sobre ella sin bambolearse. Caminé hacia su base en el tronco con otra idea.

Sentí su base fuerte en las manos antes de verlo de verdad. La zona del centro del árbol era aún más oscura pero era la más segura si quería sentarme y no preocuparme por aguantar el equilibrio. Me senté con los pies cruzados y la espalda apoyada en la madera. 

Traté de no pensar en aquel campo de entrenamiento como una cárcel pero era lo que se me venía constantemente a la cabeza. Si no salía pronto me pondría a hiperventilar. Conocía mi cuerpo a estas alturas. Por eso me gustaba la casa del brujo, porque nunca estaba cerrada del todo, ni siquiera de día. 

Respiré hondo pero las sombras del interior de la copa de este árbol parecieron corretear con formas increíblemente nítidas. 

No, no, no. 

Cálmate. Cálmate. 

No pueden entrar aquí.

Por raro que parezca echaba de menos la presencia de Chan a mi lado, su olor en la casa o... Simplemente saber que podría alcanzarlo en cualquier momento. Allí, sola, atrapada y perdida, no podría agarrarme a mi bote salvavidas. 

Pero no podía depender del hombre para siempre. Serené mis pensamientos, apreté los puños sobre las rodillas y me obligué a cerrar los ojos. JeongIn me había hecho cerrarlos cuando no sentí nada de aquella rama partida. Ello me dio seguridad esa vez, recordé. Al eliminar el estímulo de la vista me concentré en otra cosa. 

Y realmente, esas sombras las sentía en todo mi cuerpo, no solo las veía. Esta vez mi corazón redujo la velocidad al no oír nada, mi piel no reaccionó a su maldad. Allí no había nada más que las plantas del campo de entrenamiento brujo y yo. 

Dux Et General [2] Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang