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Lore había venido a hacerme compañía y a pedirme ayuda sobre un asunto con la marquesa Deinicio. Al parecer, desde que Changbin había anunciado su completo apoyo a los brujos de nuevo, la vampira no había estado de acuerdo y estaba decidida a ponerle la zancadilla a mi hermano en todo lo que pudiera hasta que se rindiera. Pero pese a sus intentos de boicot, el pueblo humano, brujo y vampiro se estaba mostrando ilusionado con las nuevas reformas. Estaba sola y no sabía cómo afrontar su realidad, de manera que estaba incentivando secretamente a los que estaban de acuerdo con su posición política para hacer reivindicaciones "por el derecho de superioridad de la raza vampira y su seguridad"... Eran pocos pero escandalosos. La gente estaba comenzando a dudar, ella tenía el apoyo de la iglesia y demasiados vampiros eran tan devotos como ciegos a lo que decía la iglesia. 

Estaba sembrando la semilla de la discordia.

Y ahora la desaparición de "La Princesa General" era su nueva baza para generar miedo entre el pueblo. No se me había visto en meses, nadie sabía de mi desaparición ni de los motivos por los que no había participado en ninguna otra reunión del Consejo ni en las patrullas. Mi hermano prefería que lo acompañara a casi todas las reuniones ya que, quiera o no, un pilar femenino a su lado como mano derecha infundía nobleza, respeto y generosidad. Como si el hecho de que me faltara algo entre las piernas fuera algo de lo que apiadarse. 

Pero hace tiempo que dejé de ofenderme por eso. 

Mi hermano no pensaba sobre mí como el resto de la gente. Pero debían creer que era un revolucionario para asegurar el favor de las nuevas generaciones y la nueva corriente de pensamientos del pueblo. Que lo era, pero en este caso, debía parecerlo al igual que serlo. 

Así que cuando yo dejé de ir a las reuniones, mi hermana me sustituyó. Lorena es... mucho... muchísimo más directa que yo. Siempre dijo que no le gustaba la política por una razón. Pero ello solo hacía que su presencia dulce al lado de mi hermano fuera mucho más intimidante. Mientras yo trataba de apaciguar a todos y complacerlos dejando claro la posición de la Corona, mi hermana decía las cosas sin rodeos. 

Eso hacía callar muchas bocas o por lo menos que se pensaran cómo las decían en su presencia. En eso mis dos hermanos se parecían mucho.

Ahora, la nueva arma de boicot de Deinicio era que mi hermano me había ocultado debido a mi posible desacuerdo con las nuevas políticas. Había sacado de contexto fotos que periodistas y paparazzis me habían hecho en una iglesia y habían alegando que ello demostraba mi gran vínculo con la iglesia y sus creencias. No habían pocas fotos, la verdad es que me gustaba visitar la casa de dios solo por el silencio y el aroma a incienso. Pocas veces asistía a la sagrada sacristía. La casa de Dios... Para mí era un lugar de paz, no me gustaba compartir mi paz con mucha gente, ciertamente. 

Lorena no sabía si podría ayudarla pero aún así vino a verme. Lo que no esperó era encontrarme en mitad de un examen.

Aunque no pude solucionar mucho, la situación no pasó desapercibida para mí.

Al parecer, mientras purificaba las armas de JeongIn mis marcas se habían iluminado y mis ojos se habían puesto blancos. Lore dijo que parecía como si me saliera fuego de dentro y de hecho tenía las mangas de la sudadera completamente deshechas. Aunque sospechaba que eso iba más relacionado con lo que luego Chan confirmó que eran las llamas de JeongIn. 

Parece ser que lo que vi, la llama negra, era la magia del brujo de fuego, sus llamas estaban contaminadas con energía demoníaca. Esa era la suciedad que vi, la que limpié.

—Tu vara. Aquella noche, cuando nos atacaron en casa, tu vara estaba sucia —le dije a Félix más tarde cuando vino a verme.

Asintió con una sonrisa deslumbrante.

Dux Et General [2] Where stories live. Discover now