LIBRO 2- TÚ ERES MÍA.
ALMAS GEMELAS.
(((CORRIGIENDO Y EDITANDO)))
Se habían separado y aun así estaban unidos por el hilo del recuerdo. Más de un año distanciados y sus corazones seguían unidos, cada uno solo añoraba la presencia del otro, sus ojos...
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Demian.
-¡Maldita sea!-Lanzo todo lo que está en mi escritorio al piso.
Quien se cree que es para amenazarme, para dejarme, todo es un puto problema con Aleska, que se joda y que se vaya a la mismísima mierda, yo no la pienso buscar mas.
Me voy a la licorera tomando una botella y me la empino, maldita Pamela que no se cansa de joderme la vida.
Siento la ira recorriendo mis venas y el trago me pasa cómo agua.
-¡Puta mierda!-Lanzo la botella a la pared cuando la veo vacía y siento el mismo cabreo. Se parte en pedazos esparciéndose en todo el piso.
¿Qué mierdas se me pasó por la cabeza cuando fui al departamento de esa mujer?.
Veo los restos de mi móvil esparcidos por todo el piso.
Me tumbo en mi silla apoyando mis codos en mis rodillas y escondo mi cara entre mis manos.
Me cuesta respirar de lo cabreado que estoy, me levanto yéndome otra vez a la licorera, abro otra botella y me la tomo de un jalón.
Me dejó, la muy maldita me dejó y no le importó ninguna mierda, como si yo fuese su puto perro para echarme y recogerme cuando quiere y se le plazca, ¿Quien se cree?.
Me cansé de estar detrás de una cría de mierda que lo único que hace es hacerme cabrear con sus inmadureces, con su terquedad y su porfía.
Esa mujer es un puto dolor de cabeza, y la odio, cuanto odio a esa maldita.
Me voy a mi silla otra vez recostando mi cabeza del respaldo cerrando mis ojos tratando de calmar este cabreo.
Tocan la puerta.
-¿¡Qué!?-Ladro en la posición que estoy.
Escucho la puerta abrirse y a mis narices llega un perfume que invade mis fosas nasales.
«Que olor tan repugnante»
Escucho que me hablan.
-Disculpe señor Demian-Dice mi secretaria en un tono seductor-Ya lo están esperando en la sala de juntas.
Levanto mi cara y mi mirada conecta con la mujer que se adentra a mi oficina cerrando la puerta al pasar, camina hacia mi escritorio sin apartar su mirada de la mía contoneando sus caderas de un lado a otro de forma seductora.
Me mira sonriente de forma coqueta.
Es nueva, nunca antes la había visto.
La detallo, tiene la camisa abierta dándome una clara visión de sus tetas, la falda no le llega a las rodillas cómo tradicionalmente es el uniforme de todas las féminas de la empresa, ella la lleva dos medidas más arriba, tiene sus cabellos rubio sueltos y ojos azules, es simpática para que negarlo.
