LIBRO 2- TÚ ERES MÍA.
ALMAS GEMELAS.
(((CORRIGIENDO Y EDITANDO)))
Se habían separado y aun así estaban unidos por el hilo del recuerdo. Más de un año distanciados y sus corazones seguían unidos, cada uno solo añoraba la presencia del otro, sus ojos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aleska.
Demian no suelta mi mano cuando toca la puerta de la mansión de su mamá. Estoy nerviosa, a pesar de que ya he estado aquí en otra ocasión. Pero a diferencia de aquella vez que vine, hoy no solo estará Alexa si no también, el señor Anderson.
Mis manos tiemblan y sudan.
-Te puedes calmar-Me regaña Demian a mi lado.
-Trato, pero no puedo-Le digo mirando la puerta-Hoy no solo estará tu mamá, si no también tu abuelo y…
Me toma de la barbilla y gira mi cabeza para que lo mire.
-Tranquilízate, no dejaré que nadie te haga sentir mal.
Forzo una sonrisa asintiendo.
La puerta se abre haciendo que coloquemos nuestra atención al frente y nos recibe una Alexandra en un vestido corto pegado al cuerpo en color blanco, perfectamente peinada con sus cabellos rubios recogidos.
Esta señora debe tener su escondido, porque no creo que semejante mujer tan joven y hermosa esté sola. En su cara no reluce ni una arruga, su cuerpo está tonificado y bien cuidado, es imposible que no tenga pretendientes.
«El que come callado, come varias veces»-Insinúa mi conciencia.
Chismosa-La reprendo.
Mi suegra esboza una sonrisa cuando se acerca a saludarme.
-¡Bienvenidos!-Me abraza.
Se retira un poco y mira mi barriga. Cubre su boca con sus manos con emoción y los ojos se le cristalizan. Se acerca otra vez y me vuelve a abrazar.
-Felicidades, me alegra mucho que pronto la familia crezca. Mi tesoro-Mira a Demian con ternura y se va a abrazarlo.
-Mamá-Él le corresponde el abrazo sin expresión.
-Te hice tu pasticho y tu postre de chocolate como te gusta-Lo mira con alegría-Pasen-Nos toma a cada uno de los brazos-Papá ya los está esperando.
La lujosa estancia alumbrada por la luz que entra por el gran ventanal nos recibe. Las obras de artes se miran guindadas adornando las paredes blancas.
El abuelo de Demian se levanta de unos de los sofás al notar nuestra presencia y arreglando su saco se acerca a saludar.
-Así que eres tú la mujer que robó el corazón de mi nieto-Me abraza y después me mira cuando coloca sus manos sobre mis hombros-Algo me decía desde un principio que tú no eras nadie-Insinúa.
Arrugo las cejas desconcertada, no sé a qué se refiere con eso y Demian lleva una mano a mi cintura colocándome a su lado.
-No le prestes atención-Se acerca a saludar a su abuelo-Este señor está loco, la vejez ya le está afectando.
