LIBRO 2- TÚ ERES MÍA.
ALMAS GEMELAS.
(((CORRIGIENDO Y EDITANDO)))
Se habían separado y aun así estaban unidos por el hilo del recuerdo. Más de un año distanciados y sus corazones seguían unidos, cada uno solo añoraba la presencia del otro, sus ojos...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Demian.
Estoy acostado en la cama viendo la televisión mientras espero por Aleska. Yo ya estoy listo para salir, tengo puesto un vaquero, una camisa manga larga negra y zapatos, mis cabellos están con fijador.
Tomo mi móvil cuando suena y es mi secretaria informándome que la reservación y lo demás está ya listo, dejo el aparato aún lado colocando mi atención al frente otra vez.
Desvío mi atención de la pantalla cuando la veo salir del baño envuelta en una toalla, mis ojos la contemplan cómo el primer día que la vi cuando se quita la tela que cubre su cuerpo buscando entre las gavetas un cachetero que ponerse.
Su barriga es más que notoria.
«Llevo mis brazos por debajo de mi cabeza mirándola con detenimiento»
No sé en qué momento de mi vida empecé a amar a Aleska como lo hago hoy, no sé si fue cuando mis ojos conectaron con los suyos o si fue cuando la hice mía por primera vez.
Estaría mintiendo si dijera que sé cuándo empecé a amarla, pero a veces pienso que la amo desde antes sin saber cuándo.
Pero de lo único que tengo seguridad es que el amarla no va a terminar, ni ahora, ni después, sino nunca.
A veces quisiera en una palabra describir lo que por ella siento para que jamás confunda mis sentimientos, como tampoco jamás lo olvide con el pasar de los años, porque a Aleska la amo aunque no quiera hacerlo, la amo más allá de un te amo, más allá del cielo, más allá de lo infinito...
Se pasea de un lado a otro y mis ojos se mueven con ella en silencio.
Nunca pensé experimentar tal cosa en mi vida y si soy sincero nunca me ví engendrando a un ser, y por más que me duela admitirlo hoy día, muchas veces lo aseguré, que de mí, no nacería nadie más.
Pero hay palabras que con el tiempo pesan, porque hoy viendo a mi mujer con su vientre abultado llevando dentro de ella el hijo de ambos, hacen que esas palabras me pesen y me duelan, porque nunca imaginé que tal experiencia me fuese a gustar tanto y que la sola mención o solo imaginarmelo entre mis brazos hace que dentro de mí se cree una maraña de sentimientos que solo he sentido por una persona y que ahora siento por otra, la primera es Aleska y la segunda mi hijo o hija.
Si, me emociona saber que voy a ser padre y que mi hijo vendrá de ella, y que cada puto dolor de cabeza que he vivido con Aleska a valido la pena y de eso no me cabe la menor duda.
Se voltea fijando su atención en mí y sé que puede sentir mi mirada encima de ella, me sonríe desde su posición.
-¿Contemplando lo gorda que estoy?
-¿Gorda?, gorda me la pones con solo mirarte.
Ríe mirándome como me sobo el miembro por encima del pantalón mientras se arregla el cachetero de encaje negro, después vuelvo a poner mi mano bajo mi cabeza.
