24. No te emociones tanto

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24. No te emociones tanto

La verdad era que no esperaba a nadie entrando por esa puerta. Todos estaban en la sala de al lado y él se había aislado como siempre minutos antes de un concierto. Era una especie de ritual en el que se repetía un mantra: «Eres el mejor. Eres único. Eres el puto amo. Te los vas a cenar». Sonaba como una gilipollez arrogante, pero hasta él mismo sabía que era un gilipollas arrogante.

Se había tirado toda la semana de lío. Estuvieron grabando un video clip del que iba a ser su segundo single porque lo iban a presentar en el concierto, en las pantallas que habría en el escenario detrás de él. Ach había estado intenso de cojones, lo del acústico no era nada comparado con aquello. Su mánager se había puesto en contacto con un millón de personas para que estuvieran allí, desde artistas, prensa, gente de la jet y esas movidas. Den había hecho hincapié para que Ach hablara con Russ Donovan y le invitara a una colaboración en algún tema antiguo o algo así. Eso mola mucho en el concierto de apertura y al público le encanta cuando dos viejas glorias tocan una canción juntos. Ahora Russ estaba en la otra sala junto con la banda y les escuchaba reírse de algo, los había dejado cuando Cobe les estaba grabando a ellos. Le había dicho a Ach que invitara también a Brit y a los niños, principalmente por los niños, porque la expareja se llevaba mejor aquella semana que hasta llegaron a hablar un día por whatsapp. Lo cierto era que, a pesar de la evidente diferencia que había ahora entre ellos, cuando él estaba grabando el disco aún seguía con ella, así que igual quería participar de ese éxito. Brit siempre había sido fan de primera fila de Deneb. Sabía que había mucha gente conocida esperando ahí fuera. Sabía que había viejos conocidos chupasangres esperando ver su grandiosa actuación. Estaba tenso. Era inevitable. Siempre lo estaba antes de cantar.

Además, Den sabía que, después de éste venían un montón de directos en poco tiempo por varias partes del país. Las promos serias de radio, videos y después la gira Europea. Le encantaba ir de gira, pero cada vez le costaba más empezar. Todos aquellos pensamientos no le ayudaban a estar más tranquilo sino a lo contrario, por eso se había ido ahí solo a darse un poco de tranquilidad.

-¿Qué pasa? -preguntó él. No sabía por qué habría entrado esa chica, igual era alguien del staff de organización y había algún cambio de planes.

-No, si... -comenzó a decir Vega titubeando-. O sea yo... -Estaba resultando patética y lo sabía, pero de todas las situaciones que había imaginado encontrándose a Den no se había imaginado esa de entrar de estrangis en el backstage. Inspiró aire y procuró sonar convincente, seria y como si no estuviesen temblándole las piernas-. Sólo estaba buscando el baño, yo, en realidad, sólo... eso.

Den levantó las dos cejas con una expresión de confusión enorme. ¿Por qué coño le sonaba tanto la chica esa? Frunció el ceño escrutándola durante unos segundos. No la ubicaba, pero la conocía de algo, seguro. Quizá salía en el video que habían grabado esa semana, o estaba ahí esa tarde con los de post producción. Se mordió el carrillo por dentro porque no sabía y se sentía un poco culpable por eso. Se encogió de hombros y señaló a una puerta a su derecha. La chica miró la puerta, luego puso la vista en él y sonrió cortésmente. Él asintió por asentir, pero aún pensaba en quién sería.

¿QUÉ? ¿En serio estaba desaprovechando la oportunidad de su vida metiéndose en un baño cuando podría estar ahí fuera abrazando al hombre de sus sueños? Vega cerró la puerta y se miró al espejo. Durante unos segundos no reconocía su cara porque tenía delante a alguien demasiado desconcertado, pero de pronto le salió una sonrisa gigantesca. Date prisa, boba, quizá siga ahí cuando salgas. ¡Ay, Dios mío, ay, Dios mío! ¡Ay, que he hablado con Deneb Murphy! Que yo creo que me muero. ¡Ay! ¿Y lo guapo que es? ¡Ay, por favor no sé si atino dentro de lo que me tiemblan las piernas! ¡Ay, joder! ¿Por qué habré bebido tanto? Y así miles de preguntas que Vega no paraba de hacerse, después de tratar de autoconvencerse otro millón de veces de que era Deneb. Inspiró aire colocándose el pantalón, luego se lavó las manos y se mojó un poco la nuca. Estaba en un estado de nervios que no sabía si tenía que ver con la sangría, con Deneb o con que su cuerpo actuaba de forma muy idiota en determinadas situaciones límite. Tenía miedo de salir. ¿Y si se quedaba ahí encerrada hasta que escuchase la música sonar? ¡Vio la iba a matar! Por dos cosas: por tardar la vida y ora, por tener a Den delante y comportarse como una imbécil. Si había resultado divertida con alguien como Cob, podría serlo con Den, ¿no? Ay, ¿no estaría Cob por ahí para salvarla? ¡Basta! Tenía que salir, sino resultaría muy raro. A lo mejor no estaba, ¿no?

No te emociones tantoМесто, где живут истории. Откройте их для себя