Capítulo 29

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Entonces, está esa sensación completamente incómoda cubriendo cada parte de su cuerpo, haciéndolo cada vez más pesado, más rígido, al parecer no se puede mover y está perdiendo ligeramente el aire.

Lo intenta. Alza su brazo para alejar al alfa que está sobre él, pero no puede, ni siquiera logra levantar su extremidad correctamente y se da cuenta de que pesa más de lo que debería, y no es como si realmente recordase qué tan pesado suele ser.

Los suspiros de ese hombre solo le generan respiraciones pesadas. Él quiere sacudirse y mandarlo lejos, no lo quiere cerca, pero no puede hacer nada ahora mismo y es más estresante de lo que él mismo puede admitir.

El pecho de Harry comienza a moverse de arriba a abajo rápidamente. Es incómodo, el hombre le está quitando el aire y está por asfixiarlo —quizá tiene algo que ver con el hecho de que esté presionando su estómago con algo que no es visible, pero sabe que es él—. Y cuando intenta abrir la boca para pedirle que se retire; fracasa.

Él ya sabía que esto pasaría, lo tenía previsto desde que levantó sus párpados y le vio, apenas acostumbrándose a su pequeña nueva rutina.

A él nunca lo escuchan, de todos modos, principalmente porque le han robado su voz.

Finalmente, después de tanto desearlo, el alfa se retira de encima de su cuerpo. Lo hace en un tirón violento que desconcierta ligeramente a Harry, pero no pierde ni un segundo la oportunidad de intentar levantarse.

—Es… tu olor.

Y produce eco. Entre las cuatro paredes desnudas, el eco es lo único que adorna la habitación.

Harry niega con la cabeza y se alza, él ni siquiera puede ver al hombre, pero sabe que está cerca. No tiene rostro, su cuerpo no tiene una forma real, y probablemente no puede tocarlo. Aún así, puede sentir los escalofríos viajando por todo su cuerpo cuando ve la sonrisa ajena en la oscura habitación.

Repugnante.

Después de batallar demasiado con sus músculos y sus extremidades, Harry llogra ponerse de pie. Sus rodillas tiemblan, rodillas golpeándose entre ellas por el frío —pudiese ser también el miedo, pero, si es sincero consigo mismo, Harry sabe que lo ha perdido hace más lunas de las que puede contar— y siente que se desmoronará en cualquier segundo, pero igual lo intenta.

Da el primer paso fuera de la cama, solo para encontrarse con un suelo lodoso. Es tan asqueroso, pero él no tiene tiempo para detenerse a pensar en ello; sabe que el tiempo corre más rápido de lo que debería y su oportunidad está consumiéndose cual cola de cigarrillo.

La sustancia incómoda humedece la planta de cada pie del omega, escabulléndose también entre sus dedos y salpicando ligeramente sobre sus tobillos. Harry baja su mirada por solo un segundo, y es el tiempo suficiente para darse cuenta de que comienza a quemar.

—Hueles bien, omega —dice aquel hombre. Su voz tiene demasiados tintes de burla y es algo con lo que Harry está aprendiendo a lidiar, aunque no lo hace menos molesto.

En algún momento, se da cuenta de que ha dado más de cuatro pasos. Sus piernas duelen por el esfuerzo y de alguna manera se ha embarrado por completo de ese barro repugnante, aunque puede que sea lo más limpio en todo el lugar.

Cuando está a unos cuantos pasos de la puerta, Harry lo escucha acercarse. Es él, con su cuerpo pesado y aliento asfixiante,
una sonrisa manchada de sarro y poco o nada de cabello en su cabeza. Es él, con esa voz tan molesta y burlona y esas manos tan abusivas.

Harry quiere negar con la cabeza, y cuando intenta dar otro paso; no lo logra.

—Tu olor es mejor que el de cualquier otro. Por eso eres mi cachorro favorito.

Amateur ꩜ abo! larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora