¿Que tan grande puede ser un cambio?
• Insignificante
• Preocupante
• Catastrófico
Pues en este caso, el cambió fué muy catastrófico. Hasta el punto de hacer que grandes amigos... se hagan enemigos a morir.
1400 en un Reinó de hace mucho tiempo, un...
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Se miraron fijamente, el pelirrojo solo buscaba algún rastro de su amigo en esos ojos carmesí brillante.
- desde... ¿desde cuándo lo sabes?... - habló bajando la mirada.
- no estaba seguro, pero desde que llegué lo confirme... Eh estado estudiando mucho, pero cuando llegué al capítulo de los lobos... Entendí - tocó la parte dónde se encontraba su corazón, podía sentir como palpitaba.
- hay algo que no entiendo... Siempre fuiste humano, desde que descubrí lo que soy, siempre pude sentir como tú sangre recorría tu cuerpo de pies a cabeza - lo miró, la sonrisa del castaño se fué borrando.
- soy... Algo distinto a los demás, no me afecta el sol, además de que sí poseo sangre, pero al lastimarme me curo instantáneamente, como tú
- pero... ¿Cómo lograste ocultarlo?
- como dije, soy diferente. Soy humano hasta una cierta edad, pero luego se da el cambio... Además que todos aquí somos de la misma especie, salvó algunos no. Y tampoco te diste cuenta... Eras tan... Patético~ - sonrió
- deben tener algún hechizo o algo. Porque todos los vampiros que están fuera de este reino los he detectado.
- eso no importa, la razón por la cuál estás aquí es otra - habló el albino. - serás la primera gota de sangre que Andrés consumirá, Atrápenlo - pidió a sus guardias.
El pelirrojo ni lo pensó, apartó al castaño y salió corriendo, no quería ser la cena de nadie. Corría hasta llegar a la frontera, donde se encontró con el líder del reino enemigo.
- ¿Estás bien? - preguntó preocupado.
- si, pero por favor, puede ayudarme. Seré la cena de alguien si no lo hace - se dejó caer, sujetando las prendas de aquel castaño.
- a eso vine, hijo mío. - tomó su mentón - tu fuiste lo que se me fué arrebatado hace mucho tiempo, mi único hijo hombre y además de ser mi hijo mejor - lo abrazó.
- ¿que?... - abrió los ojos como platos - eso... Tiene sentido, Richard es muy diferente a mí y ni hablar de su esposa.
- si... Eres un Coronel hecho y derecho... Además tú nombre no es Ariel... Es Ari nada más. - lo abrazó más.
- esto...
No pudo terminar la frase, ya que había varios guardias a su alrededor. Además del mismo castaño en el centro.
- vamos Ariel, ya no puedes esconderte ni escapar, siempre te voy a encontrar.
- mi nombre no es Ariel... Es Ari, así que desde ahora me solo sabrás que soy el último hijo de los Coronel, Ari. - dos grandes bestias aparecieron a ambos lados.