ꨄ︎ Carmesí ꨄ︎ -Spartor-

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PDV ANDRÉS.

Corría por el bosque hacia la dirección marcada en mi celular. No creo que sea buena idea ir por el tráfico de la ciudad y encima que no tengo mucho presupuesto.

Pero cuando llegué al punto donde aún no era vista a la gente humana dejé de correr a una gran velocidad, además de que mis fosas nasales encontraron un olor en el aire. Menta.

Caminé hasta donde provenía el olor, encontrando un pelaje de color rojo entre las hojas verdes.

— ¡Hola perrito! — se sobresaltó y me miró con enfado. Probablemente por llamarlo perro.

El me gruñó y me miró de forma desafiante. Yo solo me fuí acercando mientras lo miraba.

— Ni se te ocurra — escuché entre gruñidos por su transformación.

— ¿Por qué? ¿Muerdes? — rodé los ojos y lo miré de forma retadora.

— No quisieras saber. Por otro lado tu si puedes confirmar eso. — sonrió frunciendo el ceño.

— ¿Acaso quieres que te muerda?

— No gracias cara pálida — caminó hasta la entrada de la casa, era bastante grande para ser honesto.

Tocó el timbre y pocos segundos después un peli azul nos abrió.

— ¡Hola! ¡Pasen! — se hizo a un lado con su sonrisa.

— Hola Flex — saludé con una clara sonrisa en mi rostro.

— Hola — escuché decir a mi reciente amigo lobo.

— ¡Que bueno que llegaron! Silvio casi mata las golosinas. Pero ahora terminaremos más rápido y tendremos tiempo para jugar y hacer pendejadas. Espero que hayan traído pijama

— Si — contestamos a la vez, lo cuál me sorprendió de cierta manera, ¿Encerio empezó a confiar en mí? ¿Quedarse conmigo una noche entera y con la guardia baja?

— okey. Estaremos haciendo el trabajo en la sala, espero que ya tengan una idea para hacer el proyecto.

El me miró y yo lo miré, ¿Teníamos que pensar en eso? Parece que leyó mi preocupación o mi expresión de sorpresa.

— Si, ya lo tenemos plateado — con un brazo rodeó mi cuello y me atrajo hasta su costado. Lo cuál seguía sorprendiendo mi ser. Siempre fué serio y con un carácter algo fuerte, pero ahora era como... Si fuéramos niños otra vez.

Nos dirigimos a la sala de la casa, donde vimos a dos personas más a las que esperábamos. Uno era un Lobo azabache y ojos verdes, que al verme frunció el ceño y la otra era una vampira de ojos azules claros y cabello negro.