ꨄ︎ Carmesí ꨄ︎ -Spartor-

XIII

PDV ANDRÉS

Abracé su cuerpo peludo con mis brazos, aspirando el olor de la sangre que fluía entre sus cabellos rojos de su lomo.

— Andrés, bebe — escucho decir a mi padre, veo mis manos y veo sangre.
— Sabes que hará esto más fácil.

— No padre, si quería o no. Es mi decisión, no tuya. — con mi don intento hacer un barrera, pero las plantas se hacen cenizas apenas llegan al metro de altura.

— Entonces déjame hacer lo que tengo que hacer, deja de estorbar con tus emociones humanas.

Sentí un golpe en la nuca y luego oscuridad por mi debilidad fue fácil noquearme.

[•••]

Mis ojos se abrían, estaba en el calabozo. Pero me rodeaba una fina línea de sal en el piso. Un ritual efectivo con vampiros de bajo nivel, al yo estar débil me mantiene encerrado, es una barrera de magia.

— Carajo... — susurro para mí al sentir como mi cabeza duele y la garganta me quema.

— Cállate, intento dormir — escucho una voz femenina a unos metros de mí. La loba que me había atacado.
— No se cómo Ari puede estar cerca de tí, tu olor no me agrada en lo absoluto.

— ¿Piensas rendirte así nada más? — ella se gira en su jaula de plata y me miró con el ceño fruncido.

— ¿No ves que es plata? No lo puedo ni tocar sin que me debilite, los lobos somos alérgicos a la plata colmillitos.

— Estamos lo suficientemente cerca para que si logramos encontrar algo puedas romper el rito y yo te ayude a salir.

— Los vampiros no son de fiar.

— ¿Tienes otra opción? Matarán a Ari, entiende. Es tu siguiente alfa y ni siquiera te importa que le pase.

— Ese idiota utilizó un arma que solo los alfa tienen, la voz de mando. Pero como el aún no es el alfa pues solo funciona con las hembras... — ella suspiró profundamente — Bien, te ayudo y tu me sacas de aquí. Me estoy empezando a sentir claustrofobica.

Asentí. Había una barra cadena de titanio a pocos centímetros.
Al intentar agarrarla la plata quemó su piel, pero no le importa y la agarra. La tira con fuerza hacia el círculo y quita una parte de la sal, rompiendo el conjuro.

— Es algo bajo que una celda de contención para vampiros de bajo nivel te pueda retener. Y pensar que fuiste un dolor de cabeza para Ari en más de 600 años. — fruncí el ceño y con un poco de fuerza deformo dos de los barrotes.

— Estoy muriendo, ¿Si?

Ella me mira sorprendida, es bajita, sí. Pero si mirada asesina podría espantar a cualquier humano.

— Anda y sal de aquí. Quiero paz, por eso te pido que no le cuentes a nadie que Ari acaba de ser secuestrado.

— Yo... Tampoco quiero una guerra. Está bien, pero iré contigo a rescatarlo. Es mi... Amigo.

— Gracias.

Salimos del calabozo con cuidado son alertar a nadie. Los guardias debieron pensar que solo íbamos a pasar discutiendo, pero por una persona la gente puede unirse.