¿Que tan grande puede ser un cambio?
• Insignificante
• Preocupante
• Catastrófico
Pues en este caso, el cambió fué muy catastrófico. Hasta el punto de hacer que grandes amigos... se hagan enemigos a morir.
1400 en un Reinó de hace mucho tiempo, un...
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PDV ANDRÉS
Miraba hacia afuera. El vidrio empañado por el frío de la época y la luna brillando en lo más alto del cielo azul marino, decorado con las miles de estrellas.
La envidia llegaba a mi al ver cómo la gente podía descansar... Yo no podía dormir, poder descansar sin preocupación alguna, o por lo menos desconectarse del mundo por algunas horas o minutos.
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Miraba por mi ventana buscando encontrar alguna cosa interesante. Pero parece que no habría nada desde hace muchos siglos; Dirigí mi mirada hacía la luna que yacía en el horizonte, lista para intercambiar puesto con el sol.
Que por suerte no me hacía daño a diferencia de mis dos hermanas menores. Pero yo y Víctor éramos los únicos que no nos afectaba el abrasador calor del sol.
— Andrés. Ya es hora de ir al colegio — escuché a mis espaldas, era una humana que era una esclava. Alex, pero poseía un poder que le impedía morir o envejecer.
— ya voy... — dije con pereza, no quería ni moverme, pero ya no tenía opción.
Me alisté como es debido, un buen baño, peinar mi cabello salvaje y rebelde. Para finalizar ponerme el uniforme de la institución a la que iba.
Caminaba hasta el lugar donde el autobús pasa para llevarme a mi destino no deseado. Cuando llegó solo me inmuté a subir a esa máquina que parece recién fué comprada.
Y ahí lo ví, sentado con sus brazos cruzados y mirando al bosque con sus ojos verdes esmeralda tan llamativos.
Empezé a caminar a paso ligero y pronto me senté a su lado. Solo escuché un suspiro por su parte. Miré su mano, apretando su suéter institucional, tal vez conteniendo si ira hacia a mi.
Hasta que se escuchó un leve gruñido y pude ver en sus labios presión en sus dientes. Hasta el punto de abrir levemente sus labios, mi mirada se dirigió a sus caninos. Eran más notorios que los de un humano.
— ya cachorrito~ no te enojes — hablé intentando usar un insulto para lobos. Hiriendo su orgullo llamándolo perro.
— eres un maldito. Cara pálida — lo escuché decir liberando la presión antes provocada en sus dientes por su ira.
— ¿y que tal si dejamos de insultarnos y nos intentamos llevar bien? Prometo no intentar lo de hace siglos.
