¿Qué puede salir mal?

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Oestron: (Westron/lengua común) Idioma más usado y extendido en la Tierra Media durante la Tercera Edad. Desciende del adunaico, el cual fue llevado a las costas occidentales de la Tierra Media por los númenoreanos durante los viajes de exploración y comercio en la Segunda Edad. Allí se mezcló con la lengua de otros pueblos. Con la expansión de los reinos númenoreanos (después de la caída de Númenor), el oestron pasó a ser la lengua común en casi todo Eriador y Gondor, pero no en Rhovanion ni en Mordor. Los elfos y los enanos no solían hablarla, pero algunos la conocían y la empleaban con extranjeros.

...

Meneldir no sabía realmente por qué seguía sintiéndose molesto. Teniendo en cuenta que había estado molesto desde que llegaron a Aberon, sería más justo decir que estaba aún más molesto que de costumbre.

Eso en sí mismo era extraño - pensó sombríamente el comandante elfo - Después de todo, se iban de Aberon, por lo que debería estar contento o al menos cerca de estarlo. Que no lo estuviera tenía varias razones, y por más que lo intentaba, no podía averiguar cuál de todas le gustaba menos.

Una era que Lord Elrohir estaba loco, completo y absolutamente loco, de una manera que ningún elfo tenía por qué estarlo. Lo peor fue que aquello no era una especie de locura incomprensible. Habría sido fácil lidiar con eso, y aún más fácil ignorarlo. Esto; sin embargo, era una locura que en realidad tenía sentido, al menos en cierto modo. Cuando Lord Elrohir te miraba con esos ojos tan abiertos y sinceros que tenía, proyectando el aura de alguien que sabía exactamente lo que estaba haciendo, era fácil dejarse engañar y creer que su estúpido plan podría funcionar.

Lo cual no sucedería, por supuesto, porque Lord Elrohir claramente no sabía lo que estaba haciendo. O tal vez sí, y él quien estaba demasiado enojado como para poder comprender su plan. Esa fue, de hecho, la segunda razón: ya sea si Lord Elrohir estuviera loco o no, el ciertamente estaba enojado consigo mismo, por estar de acuerdo con este plan en primer lugar.

No había tenido elección en el asunto, por supuesto, aquello era algo que sabía muy bien. Podría haberle dicho a Lord Elrohir y al Capitán Isál que no haría lo que le pedían, una posibilidad que era tan inimaginable y ridícula que no valía la pena considerarla en primer lugar. Eran sus superiores y nunca ignoraría una de sus órdenes a menos que fuera en contra de su propio código de honor o pusiera innecesariamente en peligro la vida de sus compañeros. A pesar de todo, confiaba lo suficiente en el juicio y sabiduría de ambos como para hacer lo que le decían.

Podría haberse quedado en Aberon; seguramente habría podido convencer a los dos de que era mejor si alguien cuidaba al hijo adoptivo de Lord Elrond. Eso, sin embargo, habría sido un acto de cobardía impropio de un comandante, y además, si lo hubiera hecho, lo más probable es que ya hubiera matado a dos o tres humanos. De la forma más dolorosa y completamente desagradable, y solo los Valar sabían lo mucho que lo había pensado en los últimos días.

No es que tuviera algo en contra de los humanos - pensó el comandante rubio, sintiéndose casi indignado por su propio pensamiento - Nadie que sirviera a Lord Elrond Half-elven admitiría tales ideas, eso si existieran en primer lugar. Los Noldor de Rivendel eran, por regla general, más abiertos para las otras razas que, por ejemplo, sus hermanos silvanos del Bosque Negro, y alguien quien estaba sirviendo a un elfo cuya herencia humana era de conocimiento común sería más que estúpido si demostrara que detestaba a los Segundos Nacidos.

Sea como fuere, había quienes no valoraron a la raza humana en general y a los humanos de Eriador en particular, incluso entre los habitantes de Imladris. Sin embargo, pocos de ellos se atrevían a expresar su opinión en público, sabiendo lo que su señor y la mayoría de los demás pensaban sobre tales prejuicios. El mismo Meneldir no toleraba en su unidad a las personas de mente estrecha, al igual que la gran mayoría de los oficiales de Lord Glorfindel.

Un mar de problemas (Libro 06)Where stories live. Discover now