67-Efecto.

10.2K 487 128
                                    

Aleska

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aleska.

Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, pero esto no es cuestión de fuerza física, si no, al coraje que logras sacar de dónde no lo tienes para levantarte aun rota y continuar.

Sacar esa fortaleza tanto mental como espiritualmente, es difícil y más cuando no la ves dentro de ti, pero aún en nuestros espacios oscuros siempre habrá ese mínimo de valentía que nos ayudará a levantarnos ante los sucesos inesperados de la vida, ante el caos, ante la tragedia y el dolor...

Siento que cuando la muerte llega no solo se lleva a esa persona que tanto amas, si no, también lo hace llevándose una parte de ti, el alma se fragmenta y el corazón se quiebra, y quiero creer para darme un poco de consuelo, que ese pedacito de alma y corazón que se llevan serán el recordatorio de que alguien aquí en la tierra los amó con todo el corazón, porque quiero pensar que así como uno sufre su partida, ellos también lo hacen al tener que alejarse de sus familiares, de sus seres queridos.

Nunca entenderemos si es la muerte la verdadera vida o si es la vida la verdadera muerte, pero si, no hay que buscarle sentido a lo que no tiene, porque hacer tal cosa nos quita nuestra paz y la poca tranquilidad que nos queda.

Soltar a Dylan y dejarlo ir, fue el acto más doloroso que hice en toda mi vida, pero entendí que aferrándome al dolor me estaba haciendo daño y no solo a mí, si no, a Demian también, y no quería ser yo la causante de más sufrimiento en su corazón. Así que aquel día después del sueño que tuve, papá me aconsejó hacerle una carta de despedida a Dylan donde le dijera todo lo que su partida me causó, y que le pidiera perdón por no valorar la vida que tenía.

En la carta le agradecí el haberme elegido cómo su mamá, y que esperaba que dónde estuviera fuera muy feliz y que ya no tuviera frío, quemé la carta con la esperanza que el mensaje que había escrito en ella llegara hasta donde él estuviera.

No sé si exista un cielo, pero si llegase a existir sé que debe estar revoloteando cómo lo hacía cuando estaba en mi barriga.

Nuestras vidas poco a poco están volviendo a la normalidad, ya han pasado meses de su partida y he aprendido a vivir solo con su recuerdo, la vida continúa y con ello debo seguir yo con la mía, y eso no quiere decir que ya superé su partida por completo, porque no, miento al decir que lo he hecho, pienso que eso es algo que jamás se supera, no, jamás, sin embargo, la vida misma te va enseñando que se debe seguir viviendo aún con grietas en tu corazón y estando en fragmentos.

Desde aquella noche que casi atento contra mi vida, Demian no ha querido dejarme sola, y aunque ya no tengo esos pensamientos en mi cabeza él no se siente seguro, y por ello, para su tranquilidad, empezó a llevarme a su empresa, prácticamente soy cómo su secretaria, y ya tengo un poco de conocimiento a lo que se dedica y lo que hace a diario.

Estoy mirándome en el espejo el vestido que me coloqué, me queda pegado al cuerpo y me llega más arriba de las rodillas, tiene la cremallera en la parte de adelante, me he esforzado en hacer ejercicios casi a diario para volver a retomar el cuerpo que tenía antes, ya que el embarazo me dejó con unos kilos de más. Me calcé unas sandalias altas y poco me maquillé, solté mis rizos, me miro de un lado a otro en el espejo de cuerpo entero echándome un último vistazo antes de salir de la habitación cuando escucho a Demian llamándome desde la cocina avisando que ya tiene listo el desayuno.

2-TÚ ERES MÍA (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora