Capítulo 23

1.6K 212 75
                                    

Lan Wangji dejó la medicina a un lado y estaba a punto de tocar la puerta del baño para preguntarle a Wei Wuxian si había terminado, cuando esta se abrió de golpe por dentro causando un ruido fuerte. Wei Wuxian estaba bien envuelto en una inmensa toalla, y salió del baño corriendo y brincando de arriba a abajo como un saltamontes.

—¡Cuidado!

Lan Wangji estaba preocupado de que tropiece y caiga, entonces rápidamente se acercó para ayudarlo. Wei Wuxian suspiró y dijo elocuentemente:

—¡No soy yo quien debe tener cuidado, eres tú Lan Zhan!

—¿De qué tengo que tener cuidado?—preguntó Lan Wangji sin entender.

Wei Wuxian lo miró seriamente y respondió:

—¡Cuidado conmigo por supuesto! ¡He recuperado un poco de fuerzas después de bañarme por un buen rato, pero el fuego en mi cuerpo puede hacer erupción en cualquier momento, como un volcán durmiente! ¡Así que es mejor que te alejes de mí! ¡Si despierta mi bestia interior, las consecuencias serán terribles! Déjame decirte que incluso yo tengo miedo de mí mismo cuando me vuelvo loco...

Las esquinas de los labios de Lan Wangji se inclinaron levemente hacia arriba. Él no sabía si debía reír o llorar al escuchar semejantes exageraciones. De hecho, esperaba con ansias tales consecuencias.

—Aquí está la medicina, ¿necesitas mi ayuda? —preguntó Lan Wangji.

—Por supuesto que no. ¡Por el bien de tu virtud, mejor lo hago yo mismo!—respondió Wei Wuxian honestamente.

—Mi virtud...

Lan Wangji curvó los labios. Wei Wuxian parpadeó.

—¿No dijiste antes que sólo aceptarías relaciones sexuales como parte del matrimonio? — dijo él.

Esta clase de buen alfa, que era disciplinado y correcto, era como una aguja en un pajar. Estaría cometiendo un enorme pecado si lo corrompiera, no podía ser él quien destruya sus principios. Lan Wangji se pinchó el entrecejo pensando si no era muy tarde para retirar lo dicho. Entonces Wei Wuxian dijo vagamente:

—Porque no tengo nada de ropa.

Lan Wangji asintió, le entregó la medicina, y retrocedió diciendo:

—Te esperaré afuera.

—Okey, apropósito, ¡Ayúdame por favor, fíjate si ves mi ropa y mi mochila por ahí!

—Muy bien.

Lan Wangji entró al living, y después de una búsqueda rápida, encontró en la esquina un canasto con todas las cosas de Wei Wuxian. Hubo como un flash dentro de su mochila; era una llamada entrante, que había sido puesta en silencio. Lan Wangji casualmente echó un vistazo, e inmediatamente sus pupilas se contrajeron. Dos letras parpadeaban claramente en la pantalla: "WH".

Era el hombre cuya identidad seguía siendo un misterio. La llamada no se detenía, y la pantalla seguía parpadeando. Lan Wangji lo observó por diez segundos, luego con sus delgados dedos, levantó el teléfono y presionó el botón para aceptar la llamada.

Al otro lado de la línea, había un sonido débil como si alguien se estuviera sirviendo un vino, y luego se oyó una ronca voz masculina diciendo:

—¿Hola, little boy, recibiste el regalo? Feliz cumpleaños.

—...

Lan Wangji no dijo nada.

—¿Hola?

Algo más, esa voz ligeramente malvada volvió a hablar:

El secreto perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora