El secreto perfecto

Capítulo 28

Wei Yao echó un vistazo a las noticias más recientes en su teléfono celular, y solo cuando vio una pantalla llena de títulos como:

"Wei Ying, habla arrogantemente después de obtener un patrocinador"

"Wei Ying, sospechoso de convertirse en un amante"

"Wei Ying, se niega a admitir su crimen y no muestra remordimientos", se relajó.

—Bien, asegúrate de que la opinión pública no cambie, y definitivamente no hay más contratiempos después de esto.

Justo cuando terminó de decir eso, alguien llamó a la puerta. Wei Yao inmediatamente miró a Su She con nerviosismo. Su She ordenó rápidamente las piezas de la lámpara rota y cubrió el televisor con un paño antes de abrir la puerta. En la puerta, Jiang Cheng se sorprendió un poco al ver a Su She en la sala de Wei Yao en ese momento.

—¿Estaban discutiendo algo?

—Tenía algunos asuntos de trabajo que discutir con el hermano Su, acabamos de terminar. Hermano Cheng, ¿por qué está aquí tan tarde? —dijo Wei Yao y cambió el tema.

—Entonces ustedes quédense hablando, ¡yo me retiro! —dijo Su She y se fue, dándole a Wei Yao una última mirada antes de irse.

Jiang Cheng no notó el intercambio entre las dos. Él frunció el ceño un poco, y agachó la cabeza.

Al verlo así, Wei Yao probó:

—¿Tiene esto que ver con Wei Ying?

Jiang Cheng no dijo nada. Wei Yao se mordió el labio y su cuerpo tembló ligeramente.

—Hermano Cheng, ¿me estás culpando? ¿Por empujar a Wei Ying a este punto?

Jiang Cheng suspiró.

—Tú, ¿por qué tu imaginación siempre se vuelve loca? Todo esto es culpa de él, ¿cómo puedo culparte? Yo solo... me culpo a mí mismo... por no haber arreglado todo antes, y hacer que llegue tan lejos...—dijo Jiang Cheng y suspiró.

—Nunca esperé que él prefiriera vender su propio cuerpo antes que disculparse... ¿Por qué me odia tanto? ¿Qué diablos puedo hacer para tranquilizarlo? ¿Realmente dejándote es la única manera? —dijo Wei Yao, con la cara de llena de dolor.

La cara de Jiang Cheng cambió instantáneamente y dijo en tono áspero:

—Yao, no puedes decir esto, hemos pasado por mucho para estar juntos, ¿no me digas que quieres rendirte por semejante pequeña cosa?

Wei Yao se acurrucó apresuradamente en sus brazos, su expresión asustada.

—Lo siento, no lo diré de nuevo, me temo que lo lamentarás, lamentarás estar conmigo...

Jiang Cheng la miró sin comprender antes de decir con firmeza.

—Nunca lo he lamentado.

Mientras los dos estaban hablando, hubo otro golpe en la puerta. Jiang Cheng fue a abrir y se sorprendió al ver a Wei Guangshan y Xiao Daoren.

—Tío, tía...

—Papá, mamá... ¿Por qué están aquí? —dijo Wei Yao sorprendido, y estaba a punto de levantarse apresuradamente de la cama para saludarlos.

—No te muevas, aún estás lesionado, sé bueno y recuéstate. No es nada, ¡solo queríamos verte! —dijo Xiao Daoren, presionando sus hombros.

—Yao, no te preocupes, vine aquí para decirte que encontraré justicia para ti, ¡incluso si tengo que atarlo y arrastrarlo aquí para disculparme contigo!—dijo Wei Guangshan.