Capítulo XXIV

1.7K 200 72
                                    


El rabanito había preparado cuidadosamente un regalo de cumpleaños y una sorpresa para él. Al principio lo había estado esperando ansiosamente, luego su anticipación había empezado a desvanecerse. Y se asustó cuando no pudo ponerse en contacto con él.

¿No era esto algo demasiado cruel como para que él lo experimentara?

Pensando en esto, Wei Wuxian sintió como si un cuchillo atravesara su corazón, y por un momento abrazó a A-yuan y se negó a dejarlo ir. Lan Wangji no quería molestarlos a los dos, pero por un último motivo de preocupación paternal, le recordó:

—Wei Ying, pide a A-yuan que llame a esos robots.

—Oh oh oh... bien...—dijo Wei Wuxian, que sólo entonces recordó que todavía había un ejército de robots en el frente destruyendo la casa. Y el brazo de Lan Jingyi todavía estaba retenido como rehén.

Así que le dijo apresuradamente a el rabanito:

—Querido, ¿puedes volver a llamarlos?

A-yuan asintió, luego se enfrentó a la pantalla, sus pequeños dedos moviéndose rápidamente sobre el teclado. Wei Wuxian estaba muy impresionado por sus habilidades, y se quedó sin aliento, admirándolo.

—Cariño, ¿cómo eres tan increíble?, pensé que solo podías dibujar. ¡Esto también es asombroso! Estos últimos años, he estado estudiando mucho, y me volví loco tratando de aprender todo y cualquier cosa, pero esta es la única cosa que nunca pude entender. Programación, lenguaje C, C ++, todo fue una verdadera pesadilla para mí, pero solo tienes cinco años, ¡y lo haces tan bien! ¡Eres un genio!

La expresión del rabanito seguía siendo de madera, pero sus ojos se iluminaron.

Cerca, Lan Wangji ya no podía dejar las cosas como estaban y suspiró ligeramente.

—Wei Ying, este no es el momento de alabarlo.

—Eh... ¡Eso es cierto! —dijo Wei Wuxian, reaccionando finalmente al enorme lío que A-yuan había causado. Preocupado, se rascó la cabeza y miró a Lan Wangji—. No vas a obligarme a que le diga que no vuelva a hacer esto, ¿verdad? Hizo todo lo que me prometió que haría. Ya no se está muriendo de hambre, no está lanzando cosas. ¡Al final, elevó sus métodos! Si le digo que no vuelva a hacer esto, ¿qué vamos a hacer si la próxima vez se le ocurre algo aún más avanzado?

—...

Con A-yuan, era muy posible.

Wei Wuxian levantó sus manos, resignado.

—Para resumir, creo que es mejor que no diga nada.

En realidad, él estaba siendo egoísta. No quería criticar a Panecillo por lo que pasó hoy. Él lo amaba demasiado, y simplemente sentía que no podía amarlo lo suficiente. ¿Cómo podría regañarlo?

Afortunadamente, Lan Wangji no insistió. Básicamente, frente a Wei Wuxian, sus principios se convirtieron en nada. Los tres tomaron el auto descapotable de vuelta a la entrada de la residencia de Lan.

Wei Wuxian se sorprendió al ver que todos los robots, que habían estado causando tanto caos en ese momento, se habían alineado cuidadosamente en dos filas, una a cada lado, como para darles la bienvenida. Fue una escena grandiosa.

Lo único que lo estropeó fueron los angustiados aullidos cercanos.

—¡Hermano, qué te tomó tanto tiempo! ¡Mi maldito brazo está dislocado!

—¡Gritas así solo por un brazo dislocado! —dijo Wei Wuxian, y lo miró con desdén. Saltó del auto, presionó su brazo, lo jaló y lo levantó, generando un audible crujido.

El secreto perfectoWhere stories live. Discover now