El desorden de ser Joven [+18]

Prólogo.

Futuro: último año de preparatoria.

Un sábado a las 4:37 a.m en una autopista de Boston.

—¡Detective Decker!— un oficial de bajo rango pasó la cinta amarilla para acercarse al señor que analizaba la escena de manera calmada —Necesitan su presencia en el hospital.

—¿Por qué en el hospital?— preguntó sin despegar los ojos del auto que tenía un tronco encima.

La noche era fría y oscura, solo las luces de las ambulancias y patrullas daban la claridad necesaria para que los funcionarios pudieran trabajar.

El ambiente estaba rodeado de un ruido sumamente estresante, más estresante de lo que suele ser en estos casos.

El detective buscó con la mirada de dónde venía tal bulla y notó que era por culpa de una gran multitud de periodistas que cubrían el accidente.

—¿Por qué están tan interesados?— gruñó.

Él odia la prensa.

El Detective Decker es uno de los más conocidos de la ciudad. Su nivel de lealtad, moral y servicio al público siempre lo han caracterizado como un ser humano intachable y correcto.

Al ser una persona integra con cero porcentaje de corrupción, se ha vuelto un enemigo inminente de casi todos los políticos, empresarios, millonarios, canales de comunicación y toda aquella entidad que se encargué de cubrir los trapos sucios de personas con poder.

—Los chicos del accidente están allá, y se necesita que los interrogue lo más pronto posible, aunque muchas cosas ya los han dejado como los presuntos culpables de este desastre.

—¿Y por qué los presuntos culpables están en el hospital y no en la comisaría?— ambos señores empezaron a caminar con dirección al otro auto, el que estaba con las llantas arriba y todo golpeado.

—Porque tres de ellos están inconscientes, los otros quisieron ir para acompañarlos. Nadie estaba dispuesto a discutir con esos chicos así que los dejaron ir.

—¿Por qué nadie discutiría con esos chicos? ¿y por qué están incumpliendo los protocolos ya establecidos?— volteó para mirar por primera vez al hombre junto a él— Mira lo que hicieron— señaló la catástrofe que los rodeaba— ¿Hay algo de este caso de lo que no estoy enterado?— inquirió.

—No sé si lo sepa, Detective— murmuró nervioso el oficial— pero los chicos del accidente son de Derfieeld academy, sin mencionar que uno de ellos es la hija de del Sr O'connor.

"Ahora todo tiene sentido..." Pensó Decker.

—Esos niños querrán salir libres de esto...

Antes de volver a hablar otro oficial llegó interrumpiendo, saludó con una breve inclinación de cabeza al detective, le dio de manera confidencial una información a su compañero al oído, y se fue de nuevo.

—¿Qué pasa?—preguntó con voz dura el detective Decker, el oficial habia quedado sorprendido.

—No creo que puedan salir libres de esto... ya se confirmó un muerto, señor— respondió.

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