15. contraste adictivo

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Narrador omnisciente:

En el patio de la enorme casa de los padres de Ian estaba una multitud de chicos expectantes del encuentro que estaba por llevarse acabo dentro de las barreras que habían puesto para marcar los parámetros del campo de batalla.

-¿tenemos clara la estrategia?- preguntó el peliverde, quien había sido nombrado capitán del primer equipo.

Los otros cuatro del equipo asintieron en señal de afirmación.

Apesar de estar un poco ebrios y medio desnudos porque acababan de salir de la piscina, se veían como unos profesionales con sus chalecos, cascos y pistolas de paintball.

-los del otro equipo están muy ebrios, les ganaremos fácil- aseguró Frank mientras Taylor le terminaba de pintar dos rayas negras en cada mejilla.

-así no estuvieran ebrios les ganaríamos- dice la pelinegro ajustando su chaleco.

-¿por que lo dices?- pregunta Cameron con gracia.

-porque en el otro equipo quedaron todos los tontos juntos.

En el otro lado del campo se preparaban los del segundo equipo, bueno, se intentaban preparar, ya que con el excesivo porcentaje de alcohol en su sistema apenas podían y abrochar los aseguradores de su equipo correctamente.

-¿cómo rayos funciona esto?- Austin alzó su pistola confundido.

-A ver, déjame enseñarte- Sadie se acercó a él- solo tienes que presionar aquí y luego acomodar esto y...

la pelirroja no tuvo en cuenta que Austin sostenía la pistola con el lado incorrecto apuntando justo a su rostro, por lo tanto cuando intento acomodar los cartuchos de manera correcta y falló por su poca coordinación, un pequeño estallido se hizo presente y ahora pollito tenia la cara azul y los labios apretados para evitar llorar.

-no, no, no- Sadie intentaba consolarlo- perdón, yo... la tenias mal... y... perdón- intentaba limpiarle el rostro- perdón, no llores.

-es que si dolió- lagrimeo el rubio- mucho dolió.

Sadie se sintió aún más terrible cuando vio el puchero que tenía el chico para evitar irse completamente en llanto, al menos no fue un disparo directo porque si no estarían camino al hospital más cercano.

-¿Austin, por qué tienes el rostro como un pitufo?- llegaba Karim con todo su equipo ya puesto, no llevaba nada más que el chaleco cubriendo su torso.

-Es que... es que... Yo...- sus ojos amenazaron con llenarse nuevamente de lágrimas.

Sadie volvió a consolarlo con dulzura.

-oigan, ¿Todo el piso es de lodo?- Preguntó Gisel de repente, mientras miraba el campo de batalla con asco- porque me traje mis terceras zapatillas favoritas y no quiero arruinarlas.

-es una batalla Gisel, debes ensuciarte un poco- explicó el árabe.

-no soy una experta en estas cosas, pero creo que deberíamos planear una estrategia o algo así- opinó Sadie en cuanto el rubio se calmó.

-la estrategia es patearles el culo- contestó el moreno mientras alzaba el bicep de su brazo derecho para mostrar sus músculos con orgullo.

-me entró pintura azul a la boca- musitó Austin mientras se limpiaba ordinariamente la lengua para quitar el amargo sabor.

Los cuatro chicos detuvieron su charla cuando un fuerte suspiró se hizo presente.

Y es que a metro y medio de ellos estaba el capitán de su equipo viéndolos con incredulidad y decepción.

El desorden de ser Joven [+18]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora