14 - Aclaraciones

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—Astrid, ¿qué has hecho? Tu rostro está en las noticias —dijo su hermano al otro lado de la línea—

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—Astrid, ¿qué has hecho? Tu rostro está en las noticias —dijo su hermano al otro lado de la línea—. Cuando te dije que hicieras una locura no me refería a esto. ¿Cómo esperas que haga lo que me dijiste en la nota? ¿Cómo quieres que te cubra, si todo el mundo lo sabe?

—Mat, no hice nada. Lo juro...

—Papá ha hablado, está preocupado, no respondes sus llamadas...

Habían transcurrido algunas horas desde su pronta huida por el soto luego de pensar que un par de policías les seguían el paso.

Para ese entonces, Astrid y Meyson se encontraban caminando a lo largo de una carretera por la cual circulaban pocos autos.

Ante la noticia de Matías, lo más viable era pasar desapercibidos.

—Mira, conozco a alguien que puede prestarnos su auto. Y luego... no sé, podemos ir a casa —propuso Alexander.

—Te metí en esto —dijo Eissi con tristeza.

—No creo que nos estén buscando por la cuenta falsa que hiciste. Es mucho problema por unas fotos y una cuenta en Instagram. ¿Matías no te dijo algo más?

—No, la pila del teléfono se agotó...

—Antes de ir a la cárcel quiero hacer algo. En realidad, dos cosas —habló caminando a su lado, esperando por un auto que pudiera llevarlos a su primer destino.

—Ah, ¿sí? A mí me gustaría hacer muchas cosas... He vivido poco. Ahora me doy cuenta de lo mucho que desperdicié.

En ese momento, ella se quitó la peluca y los lentes de contacto para lanzarlos a los arbustos. Astrid se había fastidiado de fingir ser alguien más. Por lo que su hermano le había dicho antes de cortarse la llamada, ella aparecía con chinos en las fotos que circulaban por las noticias.

—Creí que era permanente, que en realidad te habías hecho eso en el cabello.

—Tuve que actuar con rapidez. Fue lo único que encontré en mi armario —sonrió.

A lo lejos se vislumbraban las construcciones de otra comunidad a la que se apresuraron a dirigirse. Quizá no estuvieran tan alejados del sitio en el que habían dejado aparcado el auto, pero las horas transcurridas durante su caminata les hacían pensar lo contrario.

Encontrar el lugar les sentaba bien para ingerir alimentos y buscar un sitio en el cual pasar la noche. Comenzaba a atardecer, en cuestión de minutos no podrían dirigirse a otro sitio, no sin un auto. Lo mejor era ir hacia ese lugar.

—¿Lo habías planeado así? ¿Pensabas que huir sería más fácil?

—No. A decir verdad, agradezco que hubieras sido tú el del auto. Creo que con alguien más no habría llegado muy lejos.

—Te seré sincero, creí que no hablabas en serio. Que la Policía no te perseguía y que solo era una excusa para irte de casa.

—No habría estado mal —mintió, esa había sido la razón—. No soy la favorita de mi madre y con esto, seguro me deshereda. Creo que ha sido la peor locura que he hecho en mi vida.

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