17 - El inicio de algo. Parte 3

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La familia llegó puntual al establecimiento y mientras esperaban a la mujer, ordenaron un desayuno ligero, sobre todo Astrid quien en otro momento habría elegido algo con más colorías, pero no se sentía con ánimos de probar algo, no hasta saber qu...

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La familia llegó puntual al establecimiento y mientras esperaban a la mujer, ordenaron un desayuno ligero, sobre todo Astrid quien en otro momento habría elegido algo con más colorías, pero no se sentía con ánimos de probar algo, no hasta saber que Meyson estaba libre.

Minutos más tarde, cuando ya se había convencido de que su madre los había engañado, apareció frente a ellos, tomó asiento y los escuchó.

Conversaron por largos minutos, al principio parecía que no iba a cambiar de opinión, después ante la explicación de Matías y las referencias que le dio de chico sobre sus años en preparatoria, poco a poco el semblante de la mujer se fue apaciguando. El chico no era responsable de lo que se le acusaba.

—Lo siento, siento haber hecho lo que hice —expresó bastante apenada al percibir casi una decisión favorable en su madre.

—Eissi... —dijo su progenitor tomándola en sus brazos—. No vuelvas a escapar de ese modo...

—Lo lamentó.

Su madre mantenía la mirada fría. Se alegraba de que ella estuviera bien y de que no le hubiera ocurrido nada malo, pero se preguntaba qué locura iba a hacer después. Era algo con lo que no podía vivir.

—No pensaste en las consecuencias —dijo finalmente—, pudiste haber tenido un accidente, pudiste haber muerto —mencionó yéndose a los extremos. Eissi pensó que no estaba tan equivocada. Si supiera lo que había pasado.

—No pasó nada... estoy bien.

—Estás bien, pero qué ocurrirá después... —Oh, no. Ese era un tono que Astrid conocía muy bien, aquel que venía antes del ultimátum. «Un castigo, un nuevo curso, trabajo social, días sin televisión, me suspende la cuenta de Spotify, me quita el Internet...». Eissi comenzó a pensar en lo que iba a decirle—. No puedo contigo, Astrid. Quizá deberías mudarte con tu padre.

La propuesta les cayó de sorpresa a todos. Jamás la imaginaron llegar a esos extremos. Al principio sonó como si quisiera deshacerse de ella, después externó sus ideas y todos estuvieron de acuerdo con que era lo mejor. Era lo que Eissi siempre había querido, finalmente iba a vivir con su padre.

—¿Qué hay del juez? —inquirió.

—Hablaré con mi abogado —afirmó su padre.

—Pero el colegio...

—Puedes continuarlo en el mismo instituto, solo tendrás que levantarte más temprano. Si quieres cambiar de colegio, puedo ayudarte...

—No, no. Me quedo en el mismo —se apresuró a decir.

—Deberás quedarte en casa de tu madre, por lo menos estos días mientras preparo todo para que puedas mudarte —propuso su padre—. Por supuesto, si tu madre está de acuerdo.

Todos se giraron a verla esperando por su respuesta.

—Pensé que ya había quedado claro que no quería deshacerme de ella. Por supuesto que puede quedarse en casa. No negarán que fue lo que siempre quiso, vivir contigo y ser más liberal...

—Lo siento mamá... —respondió dándole un fuerte abrazo.

—Es lo que necesitas, espero que tu padre puede hacer lo que yo no pude... —respondió con sinceridad.

—Vamos, no se pongan sentimentales. —Los animó Matías—. Seguimos siendo familia. Esto indiscutiblemente iba a ocurrir el siguiente año. —Hizo referencia al pase de Eissi a la universidad.

—Y estás castigada, no pienso pasar esto por alto —sentenció su madre.

—Sí, lo sé. —No hizo más que estar de acuerdo.

—Bien, vamos a retirar esa denuncia —dijo el hombre después de pagar la cuenta.

Astrid emprendió el paso con una sonrisa perfecta, ahora respiraba con mayor tranquilidad. Quería disculparse con Meyson por el mal rato que le había hecho pasar. Esperaba que el chico pudiera perdonarla.

Pasaron largas horas después de que se hubiera retirado la denuncia. Pese a ello, el abogado de Alexander tuvo que agilizar el proceso para sacar al chico.

Eissi y Alexander se encontraban sentados en unas sillas metálicas, bastante incomodas después de largas horas ahí.

Antes del anochecer, Alexander finalmente era libre. Apareció por la misma puerta por la que Astrid había salido el día anterior. La miró, sonrió y sin decir nada, abandonó el sitio en compañía de su abogado.

—Mey, espera —se anticipó a decir mientras caminaba hacia él—. Lo siento, siento haberte hecho pasar por todo esto...

—No te preocupes...

—Perdón...

Meyson le dio un fuerte abrazo y se despidió sin decir nada más.

Sabía que ella lo comprendía, que ya habría tiempo para volverse a ver, porque la aventura había sido el inicio de algo maravilloso y se sentía afortunado por ello.

Get Lucky – Daft Punk, Pharrell Williams, Nile Rodgers 

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