1 - Optimista

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Internet, la mejor invención que jamás haya existido en el universo

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Internet, la mejor invención que jamás haya existido en el universo. El lugar ideal para ser omnipresente. El baúl de los recuerdos, el lugar de los poetas olvidados y del gigante que ve nacer a las estrellas; donde aseguras tu éxito o fracaso. El lugar de las opiniones, los estereotipos y las críticas. En donde los fallos no son perdonados ni olvidados. Donde se unen todas las formas de pensar, luchar, conspirar, inspirar, crear, transcender, perdurar o simplemente, quedar en el olvido. Internet es la maravilla mundial que albergan un cúmulo de secretos e identidades. Lugar de los fanáticos, acosadores y detractores. Sitio en el que los memes han pasado a formar parte de la historia, de nuestro pasado, del presente y del futuro. El sitio en donde aseguras tu rezago en información si apartas la vista del móvil por tan solo un segundo. El bien necesario, o quizás, el cáncer de la humanidad.

«Ah, grande Internet. ¿Qué haríamos sin ti? Quizá seríamos mejores personas...», pensaba ella.

Astrid estaba desesperada, tenía que hacer algo antes de volverse loca. No quería que sus días fueran un martirio entre los quehaceres y el aburrimiento. Decidida a ello, encendió el móvil y abrió Instagram. ¿Qué mejor lugar para poner en marcha el plan? De una u otra forma estaba comprobado que funcionaba.

«¿Quién no ama Instagram?», pensó mientras esbozaba una sonrisa de triunfo.

Recostada sobre la cama y con el teléfono sobre las manos, se encontraba navegando en Internet, sonriendo entre cada búsqueda, hasta que logró encontrar fotografías de una chica aproximadamente de su edad.

Si quería conseguir novio había que mantener bajo perfil, quiero decir, debía hacerles creer que era una chica y no un chico, con una cuenta femenina aseguraba resultados en un cien por ciento. Las investigaciones lo comprobaban y ella no estaba dispuesta a perder. Si iba a hacer algo, iba a hacerlo bien.

Emocionada por la idea se apresuró a guardar todas las fotografías que pudo en su carrete. Estaba listo, lo demás sería bastante fácil.

La chica a la que había encontrado subía fotografías en su perfil cada dos minutos, por exagerar un poco. Era ideal, tenía bastante material, por lo menos para lograr su objetivo y sobrevivir durante el curso de verano al que su madre la había obligado a asistir.

En la habitación sonaba una melodía fantástica. Astrid la cantaba porque no podía sacársela de la cabeza. Era un secreto, pero a su madre no le gustaba la música en volumen alto. Había que aprovechar ahora que no estaba.

Optimista de Caloncho sonaba en su habitación. Era el inicio de una buena historia, donde chica encuentra chico y como en las historias de Disney, estaban destinados a vivir felices para siempre.

Astrid pensó por un momento en un nombre falso mientras se paseaba silenciosamente por su habitación.

—¡Lo tengo! —gritó con entusiasmo—. Será Allison Estrada—, decidió finalmente.

Proyecto VenusWhere stories live. Discover now