6 - Conexión

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Casi todo estaba listo para la tan ansiada fiesta de cumpleaños de Matías

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Casi todo estaba listo para la tan ansiada fiesta de cumpleaños de Matías. En casa todos iban de un lado a otro con los preparativos en las manos. La madre del chico comenzaba a abrumarse entre cada nuevo pendiente y el ruido de las manecillas del reloj. Ante esto y para evitar ser reprendida, Astrid procuraba no acercarse a ella, aunque también le daba gracia observarla tan nerviosa y apurada. Los días habían pasado rápido entre salidas al atardecer, paseos con su hermano y sus nuevos amigos, conversaciones en línea y películas en Netflix.

—¡Astrid! ¿Puedes ayudarme con la mesa de afuera? —Solicitó su madre asomando la cabeza por la cocina—. Casi termino con esto, pero no he concluido con la parte del patio, los invitados comenzarán a llegar en cualquier momento.

—Sí, mamá —respondió Eissi con una sonrisa—. Yo me encargó. No te preocupes, solo es una fiesta de cumpleaños...

—¿Solo una fiesta, Astrid? Es mi fiesta de cumpleaños —intervino Matías sin dar credibilidad a lo que su hermana había dicho.

—Bueno, quise decir que no debía preocuparse demasiado, ya la conoces, suele enfadarse en las fiestas. Creo que el estrés la abruma... —Susurró mientras se dirigía hacia el patio trasero—. Solo quería darle algo de tranquilidad.

—Vaya que se la has dado —expresó dispuesto a ayudar a su mamá con los últimos detalles.

Entre los invitados estaban viejos compañeros de clase, amigos, amigas, familiares y uno que otro desconocido.

El evento iba a llevarse a cabo en el patio trasero de la casa. La madre de Matías lo había preparado todo con ayuda de Astrid. Colocaron globos dorados y plateados sobre una de las paredes, por encima de la mesa destinada a los obsequios. Además, algunas serpentinas y luces, colgaban de un extremo a otro del jardín. Apenas caído el atardecer, el lugar iba a quedar magníficamente iluminado.

Los árboles, los arbustos y el pasto, daban un aspecto encantador a la celebración. Para Astrid, los mejores eventos acontecían al aire libre. Éste no iba a ser la excepción.

Cuando todo estuvo listo, la chica se detuvo a observar su creación y saltó de alegría. Después, comenzó a bailar moviéndose por todo el patio. Era una de sus singularidades, escuchaba una buena melodía y sus pies comenzaban a moverse.

—¿Necesitas ayuda? —habló Meyson interrumpiendo su tan magnífico baile. Estaba de pie, al borde la puerta. La miraba de un modo peculiar, con cierto cariño, algo de anhelo y con mucha felicidad.

Ella se giró hacia él, sonrió y lo contempló con encanto sin decir nada. No estaba apenada, más bien, le hacía gracia verlo ahí, sin saber qué hacer o quizá aún apenado por lo que había ocurrido durante la noche de la fiesta nocturna. Eissi pensaba en si podía recordar lo que le había querido decir. Se moría de curiosidad por saberlo, parecía ser algo muy importante. Después de todo, era un tema que ninguno había tocado desde esa noche. Quizá ahora era el momento.

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