9 - Triángulo amoroso

22 4 0
                                    

En la vida hay un momento que marca el inicio y el final de algo, aunque no siempre se sepa cuál sea ese inicio o ese final

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En la vida hay un momento que marca el inicio y el final de algo, aunque no siempre se sepa cuál sea ese inicio o ese final. No los identificamos hasta que la situación se ha consumado. Eso fue lo que ocurrió con Astrid, pero no lo reconoció sino hasta haber ocurrido lo que tenía que ocurrir.

Su inicio bien pudo haber comenzado cuando creó la cuenta falsa de Instagram, o cuando le envió mensajes amanzanaste a Ema, cuando se enamoró a primera vista de Benjamín o cuando comenzó a sentir algo por Meyson, tal vez cuando se hizo amiga de Mike o quizá comenzó desde el inicio de los tiempos, cuando ella llegó al mundo.

No obstante, aquella mañana, esa tarde y precisamente ese anochecer, marcaron el inicio y el final de algo en la vida de Astrid.

La castaña se había levantado con entusiasmo, como lo había hecho desde prácticamente el inicio de las vacaciones. Después de todo sus días no habían sido tan aburridos como los había imaginado, al contrario, los estaba disfrutando y agradecía haber conocido a personas tan maravillosas.

—¿Qué hay entre tú y Meyson? —Le preguntó su hermano al encontrarla desayunando.Se sentó frente a ella, tomó una manzana y la mordió esperando impaciente por una respuesta. Habían pasado algunos días, los suficientes para que él y todos, se percataran de lo que ocurría. Pasaba que los demás siempre reconocían lo obvio antes que nosotros mismos.

—¿Qué? —Lo miró mientras ingería un zumo de naranja.

—¿Tú y Meyson tienen algo o sales con Benjamín?

—¿De dónde sacas eso? —mencionó llevándose una cucharada de cereal con leche a la boca.

—Mm, no sé. Dímelo tú. Saliste con Meyson en algunas ocasiones y el otro chico se ve que quiere algo contigo.

—¿Tú ya estás saliendo con Valentina? Digo, se ve que quiere algo contigo y has salido con ella en algunas ocasiones —respondió devolviéndole la pregunta.

—No es lo mismo —contestó antes de darle otra mordida a la manzana—. Mira, no me molesta que salgas con él, pero no lo hagas sufrir.

—¿Qué no lo haga sufrir? No te entiendo, ¿por qué lo haría?

—Solo digo que te aclares, ¿sí? No sé Astrid, no soy chica para decirte lo que quieres escuchar. No soy bueno en eso. Si Alexander dice que te quiere, estoy seguro de que es cierto, sé que habla en serio... Recuerda que el otro chico es su primo —mencionó saliendo de la cocina para volver a su habitación—. Y que hoy, al caer el atardecer, estaremos en el lago.

—Pero Mat... —Intentó decir algo, aunque él ya se había ido.

«¿Alexander te quiere?», pensó como si hubiera sido una gran revelación.

La conversación con su hermano la había desconcertado tanto como para saber que tenía razón: Astrid debía aclararse. No es que quisiera hacerles daños, tampoco es que estuviera en una relación, simplemente la situación se había dado. Nunca era bueno hacerse ilusiones.

Proyecto VenusWhere stories live. Discover now