UN RELATO SOBRE LAS MILFS DE KONOHA. (Terminada)

CAPITULO 2. MI NUEVA VIDA Y MI GRAN SORPRESA.

Luego de un par de días dónde me sometieron a diversas pruebas para luego decirme que vino había nada raro conmigo pude salir del hospital por la puerta principal siguiendo al señor Naruto Uzumaki, era un buen tipo a pesar de conocerlo recientemente emanaba un aura de bondad haciéndome sentir seguro. Al caminar por la calle pude notar que este sitio era muy pacífico, no había crimen o pobreza, además de que había muchas casas y algunas de ellas eran algo grandes, se notaba que está aldea vivía en plenas condiciones económicas, mientras yo moría de hambre.

—¡Ah! Por cierto olvide decírtelo—Dijo el señor Uzumaki.

—Hay otro chico en mi casa, es como tu, estuvo prisionero en una organización malvada pero ya está bien, de hecho lo adopte luego de un tiempo.

—“Pero yo no voy a ser adoptado”—Pensé mientras asentía con la cabeza en señal de no tener ninguna objeción. La verdad mi objetivo era escapar ante la más mínima oportunidad de descuido de aquel hombre que a simple vista el parecía ser muy fuerte, creo que el escapar será bastante complicado teniéndolo a él como tutor/vigilante.

Caminamos por un rato, en el camino ví como varias personas lo saludaban de forma cariñosa y amable, al parecer el Hokage es alguien muy conocido y querido en esta aldea. Seguimos caminando hasta que finalmente nos detuvimos frente a lo que parecía su casa. Su casa se veía grande y bonita, daba un aura muy hogareña, ojalá mi viejo hogar diera un aura parecida.

—Bien, hemos llegado—Dijo para abrir la pequeña reja y pasar, yo lo seguí con precaución. A la menor señal de peligro yo escaparé como si no hubiera un mañana, no iba a volver está encerrado y sufrir abusos, no claro que no yo seré libre.

Al entrar a su casa note que era cálida, lo noto porque en la mía (si se le puede decir que es una casa) era muy fría y el aire se filtraba. El piso era de madera y en las paredes habían fotos de algunas personas, desconozco quienes son. Al momento de llegar fuimos recibidos por dos personas, un niño de pelo amarillo que parece ser mayor que yo, curiosamente se muy parecido al señor que me trajo y una niña de pelo azul algo pequeña, ambas tenían marcas de zorro en sus mejillas, también el señor Uzumaki las tenía, supongo que son sus hijos pues ambos se veían idénticos a al señor Hokage

—Papa al fin llegaste—Dijo la niña mientras lo abrazaba, el chico se me quedó mirando por unos segundos y se me acercó con una sonrisa.

—Hola soy Boruto Uzumaki me da gusto verte, no tengas miedo, estás a salvó aquí—Dijo con un tono alegre, como si intentará tranquilizarme.

—Y yo soy Himawari Uzumaki—Tomando mi mano y estrechandola con felicidad.

—Gracia por recibirme—Dije mientras me agachaba haciendo una reverencia. Caminé adentro y me tope con un chico alto sentado en el sillón, tenía que una pinta de ser un delincuente, creí ser prudente por lo que no entablaria contacto directo con el.

—Te presentó a Kawaki, es mi otro hijo, como tu, estuvo prisionero de personas muy peligrosas—Dijo Naruto atrás de mi.

—Ridiculeces—Dijo Kawaki mientras se levantaba y se iba.

—Como ves no es muy social que digamos.

Camine hasta la mesa y me senté en una silla, no sabía que hacer más o menos, aunque una cosa estaba clara, ante la menor señal de hostilidad me iré de aquí. Note que su hijo y el señor Uzumaki me estaban mirando esperando que dijera algo.

—Es un bonito lugar—Dije sin más.

—Me alegro que te guste, pronto mi esposa hará algo de comer, por ahora ella está afuera de comprás. Puedes estar tranquilo, ahora estás a salvó—Me dijo Uzumaki Naruto con una cálida sonrisa. La cuál no creí ni por un segundo, no me malentiendan, se que el no es mala persona pero igual no debo confiar en desconocidos por mucho que adornen su casa como un lugar acogedor.

Me quedé sentado esperando mi oportunidad para escapar, luego de un rato llegó la esposa del Hokage.

—Ya llegué—Dijo ella desde la puerta.

—Que bueno que llegaste mamá—Dijo la niña quien fue a abrazar lo que parecía ser su madre.

Ella llegó a la sala que era donde estábamos y por fin la Vi, en cuanto la vi me quedé sin aliento, no podía creer lo que estaba viendo, era la mujer más hermosa que jamás haya visto en toda mi vida.

—Lamento el retraso—Dijo ella dejando las bolsas en la cocina—Me llevo más tiempo encontrar todos los ingredientes.

—No te preocupes mamá—Dijo él otro rubio, el mayor.

—Descuida, por cierto este es el nuevo niño de quién te hablé su nombre es…—Uzumaki Naruto se detuvo al percatarse que yo nunca le dije mi nombre. Se me quedó mirando esperando que lo dijera, yo estaba embelesado observando a esa bella mujer que había entrado a la casa. Me le quede viendo a esa hermosa mujer hasta que ella lo noto y me dió una hermosa sonrisa.

—Hola—Dijo ella con una sonrisa—Mi nombre es Hinata Uzumaki ¿Cuál es el tuyo?—Su piel era claro pero no blanca en su totalidad, sus ojos blancos como perlas y su cabello azul marino de hacian verse como una diosa ante mis ojos.

—M-me lla-llamo Donovan Yukaku—Dije entre tartamudeos. Ella se me acercó con una sonrisa, estaba algo sonrojado pero lo oculte muy bien.

—Bienvenido Donovan espero que te agrade vivir aquí—Dijo ella con ella con mucha felicidad, me quedé quieto por un rato  con mi corazón latiendo con fuerza, pensando en algo hasta que me llegó una revelación.

“Me he enamorado de ella” Las palabras que salieron de mi mente me sorprendieron a mi mismo ¿Cómo es posible que me haya enamorado de ella si apenas la he visto? ¿Será posible que de verdad existe el amor a primera vista? Son tantas cosas que pasan por mi cabeza que no puedo tener la mente fija en mi entorno actual. Finalmente tomo una decisión que marcara mi destino, mi decisión es seguir mi corazón y con ello al amor.

—Espero que pueda llevarme bien con ustedes—Dije haciendo una reverencia, ya no iba a escapar, me había enamorado a primera vista. Mi primer amor era ella, la esposa del séptimo Hokage, Hinata Uzumaki, pero yo no me voy a rendir.

Aunque en aquel momento no era más que un amor puro y tonto con el pasar del tiempo y algunas decisiones que tome más adelante hizo que mi estancia en Konoha se hiciera más interesante, lamentablemente no lo fue para ellos, en especial para el señor Uzumaki.