CAPITULO 16. DE VUELTA A KONOHA, LA PASIÓN POR LAS HERMANAS HYUGA.

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—Entonces ¿Ahora tu vida se ha vuelto muy interesante, cierto?—Me pregunto el señor vendedor cuando lo volví a ver.

—Interesante no. Se ha vuelto una delicia, nunca había disfrutado el estar vivo desde que comencé a pensar o tener consciencia sobre mi existencia—Le respondí con total honestidad—Cuando llegué a Konoha no tenía nada, estaba solo y no podía confiar en nadie, no era dueño de mi destino y había alta probabilidad de que maten en cualquier momento (eso último sigue estando presente pero ya no pienso en eso tanto como antes y personalmente me da igual), cualquier persona está condenada al sufrimiento y a una miseria eterna, pero yo no creí en ese destino, me fui de aquel camino que se escribió para mí y tomo lo que quiero, seré un monstruo pero soy un monstruo feliz.

—Bien, entonces déjame darte mis últimos regalos—Dijo mientras se iba a un armario, lo abría y sacaba una caja la cuál tenía unos extraños frascos—Es hora de entregarte lo necesario para que vivas con libertad y me des la diversión que hasta disfruto tanto.

Para los que se preguntan cómo es que llegue aquí pues les cuento.

Luego de aquel “fin de semana” tan maravilloso le dije a mi amada Hinata que convenciera a su padre y a Naruto de que se quedarán un día más en aquella posada, lo cual hizo y paso. Yo aproveche ese momento para regresar con anticipación a la aldea. Fue algo difícil porque a diferencia de cuando me fui Hinata me cubrió para que nadie sospechara que no estaba pero ahora que ella no está tuve colarme en un vagón de carga y caminar en las noche a hora de madrugada. Fue difícil pero logré llegar y para mí buena suerte nadie sospecha sobre lo que pasó en la casa no de mi ausencia, todo me ha salido muy bien; supongo que tengo buena suerte.

Boruto y sus hijos llegaron un día después. Naruto llegó algo feliz a casa, lo mismo para Boruto, los únicos que parecían algo satisfechos eran Himawari y Kawaki. Mi amada Hinata llegó en silencio y cuando me vio embozo una gran sonrisa.

—Hola a todos—Dije con una sonrisa—¿Se divirtieron?

—Hola Donovan—Me hablo el señor Naruto—Si las pasamos bien.

—Fueron buenas vacaciones—Comento Boruto mientras se iba a sentar en el sofá.

—mph, no fue tan mal—Hablo Kawaki mientras subía por las escaleras—Espero que no hayas causado algún desastre mientras no estaba el séptimo.

—¿Te sentiste solo?—Me pregunto Himawari mientras me tocaba el hombro.

—Tranquila, no me sentí tan solo, tuve buena compañía—Dije recordando a mis dos esclavas.

—¿Buena compañía?—Me pregunto Himawari confundida.

—Es que tengo mucha imaginación y por eso imagine tener amigos.

—Eso es triste amigo—Me dijo incómodo Boruto.

—Bueno, voy a descansar para prepararme para el trabajo—Dijo el señor Naruto mientras se alejaba, también se fueron Boruto y Himawari dejándome solo con Hinata. De inmediato aproveche y la bese con dulzura.

—Te extrañe mi amor—Le dije.

—Yo también te extrañe querido—Me dijo ella en voz baja.

Al día siguiente en la mañana salí temprano y fui con el vendedor porque dijo que debía verlo después de hacer mis cosas y bueno, ya lo hice. Y eso no trae a este momento donde el vendedor me a dado estos frascos.

—¿Qué son estos frascos?—Pregunte mientras inspeccionaba los frascos, cada uno tenía un líquido de color diferente, se veían algo extraños pero no parecían ser venenosos.

—Deja te que te revelé de un hecho que has estado ignorando pero puede arruinar la diversión—Respondió el vendedor—Tu aún eres muy pequeño y ellas, a pesar de que son muy hermosas son bastantes mayores, tal vez estén bien por un tiempo pero pronto te vas a aburrir y ellas van a irse de tu lado por lo que mi diversión se acabará.

UN RELATO SOBRE LAS MILFS DE KONOHA. (Terminada)Where stories live. Discover now