UN RELATO SOBRE LAS MILFS DE KONOHA. (Terminada)

CAPITULO 4. LA REVELACIÓN DE MI LUJURIA ACTIVA.

—Entonces usted ¿Es una ninja?

—Si pero ahora estoy retirada, bueno, más o menos.

—Vaya de seguro usted era muy fuerte.

—No tanto. Sin ninguna duda Naruto era el más fuerte de todos. Todos saben que Naruto es la persona más confiable y fuerte de todo el mundo.

—El señor Uzumaki es una gran persona por lo veo.

—Si, es el alguien que brilla como el sol. Fue gracias a él que disfrutamos de esta paz.

—¿El acabo con la guerra?—Sabia que la guerra había acabado gracias a un héroe pero no sabía que era el.

—Todos dimos lo mejor para concluirla pero Naruto-kun fue quien dió lo mejor de si y nos inspiró a no rendirnos cuando las cosas parecían no tener solución.

Con quién hablaba era con La señora Uzumaki, luego de un mes intentando entablar conversación al fin logré hablar con ella de manera normal. Ella es la hija mayor de un clan muy fuerte de esta misma aldea. Sin duda se nota que es la hija de un clan, su belleza y amabilidad son dignas de una princesa. Otra cosa que note es que ella ha estado enamorada del señor Uzumaki desde que eran niños por lo que el hacer que se enamore de mi será imposible por no decir muy difícil. Ella desde niña ya amaba al mismo chico con el que se casó de adulta, si eso no es amar a alguien con fervor no se lo que es. Pero yo la amo mucho, demasiado diría yo pero me estoy desesperando porque sigue sin verme como un adulto y a estas alturas soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de que Hinata me ame.

Un día decidí salir alí afuera temprano a despejarme un poco, yo amaba a Hinata pero tal parece que nací muy tarde para estar con ella. Yo soy un niño y ella una mujer adulta, tal parece que el destino no quiere que sea feliz. Quiero que me ame, quiero casarme con ella, QUIERO QUE SEA MÍA.

Tal vez deba rendirme, digo mi vida no ha sido muy feliz que digamos, nací y crecí en la pobreza, fui víctima de experimentos de los cuales aún no se que fue lo que me hicieron y estoy en esta aldea viendo cómo la mujer de mi vida está con otro hombre y tiene hijos.

Su imagen siempre llega a mente que puedo hacer para olvidarla—De verdad la amo—Digo al aire, nadie me escucha y aún si lo hicieran nadie sabría de que estoy hablando. Soy un cero, no soy especial ni talentoso, solo alguien que tuvo suerte de aún seguir vivo. Maldición ¿Acaso solo estoy aquí para sufrir por un amor no correspondido? ¿Que acaso solo soy un bufón para los dioses? Porque si lo soy prefiero morir antes de sufrir está inmensa amargura, haría lo que fuera para obtener mi propia felicidad aún a costa de todo y de cualquier persona.

Mientras me despreciaba a mi mismo caminaba sin fijarme hacia donde iba,de milagro no choque con nadie o me pegue con alguna pared. Cuando note que había estado caminando sin fijarme hacia donde me asuste un poco, pues me había perdido, me pare y mire a mi alrededor; había llegado a lo que parecía ser un extraño sitio como si no fuera de este mundo, algo particularmente extraño, luego dirigí mi vista al centro y me percate de que estaba de había llegado a una tienda algo oculta.

—¿Pero como llegué aquí?—Dije estando en frente de la tienda. Mire hacia los lados buscando a una persona que me dijera en que calle estaba pero no había absolutamente nadie, de hecho sentía que ya no en Konoha. De verdad siento que incluso estoy soñando lo cual es muy extraño porque está es la primera vez que me pasaría esto así que no sé si todo es real o un sueño.

Como si una voz misteriosa me llamara decidí entrar. Había un montón de cosas raras, era un tienda de baratijas o suvenires para los turistas, son cosas que parecen inútiles o que no tienen ningúna razón para ser usadas, las cosas que vendían eran desde vasos, platos, muebles o artefactos extraños que serían usuales para un chamán o un mago aunque tal vez sean para un farsante que se yo, sillas hasta hierbas o alimentos pero todo se veía inusual como si fueran especiales o que tenían un poder muy fuerte.