UN RELATO SOBRE LAS MILFS DE KONOHA. (Terminada)

CAPÍTULO 11. HINATA Y YO. INICIACIÓN.

Pasó el tiempo y era de noche lo cuál me sorprendió un poco, resulto que viole a Hinata por casi toda la tarde. Estuvo tan rico que se me pasó el tiempo. Hinata estuvo todo el rato en el suelo desnuda y llorando, yo en cambio me di una ducha y comí algo, hacérselo a una milf como ella es agotador y te da un hambre tremenda.

Estaba en la cocina y dirigí mi vista a ella, toda desnuda abrazada sobre si misma. No negare que está vista resulta excitante para mí, además es la viva prueba de que ella se ha vuelto mi mujer. Ese hermoso cuerpo desnudo está ante mis ojos, un cuerpo que hace unos momentos deguste y saboreé por completo.

-No soy bueno cocinando, pero considerando que de pequeño me quedé muchas veces con hambre esto es mejor que nada-Le dije mientras sostenía un sándwich (uno muy feo) -Oye Hinata, no negare que esto de seguro es impactante para ti pero ¿No tienes frío?-Le pregunte de forma inocente-Llevas un buen rato ahí totalmente desnuda, deberías abrigarte o pescaras un resfriado.

Ella paro su llanto pero aún se mantenía echa bolita en el suelo.

-D-donovan-Dijo débilmente, mi amada se empezó a levantar con dificultad.

-Tranquila mi amor-Le dije cuando iba a ayudarla-Me disculpo si fui un poco rudo pero es que eres una delicia de mujer, tanto que de verdad pienso que el señor Naruto no sabía la sabrosa mujer que se perdía en la casa-Estaba perdido en mi mundo recordando lo que pasó hace unas horas que no note cuando Hinata se me abalanzó tirándome al suelo.

Dirigió sus manos a mi cuello y lo apretó con fuerza, tenía claras ganas de ahorcarme, pude notar en su ojos un leve fragmento de resistencia, ella se estaba oponiendo a los efectos de la droga.

-¡Me violaste! ¡Tu me has violado Donovan! ¡Eres un monstruo! ¡UN MONSTRUO!

Me alarme por unos momentos pues creía que mi plan había fracasado pero al dirigir mi mirada de nuevo en ella note algo particular en su ojos y su cuerpo. Ella parecía ida, su cuerpo temblaba de una forma extraña, como si estuviera resistiendo, me apretaba con una fuerza notable pero poco a poco su agarré disminuía; así que este es el último grito de oposición de mi futura esposa.

-Vaya, vaya Hinata-Dije con la voz algo ronca mientras tomaba sus manos para deshacer el agarré-Sabia que tenía una gran voluntad, por eso me enamore de ti, pero acéptalo querida. Tu ya eres mía querida milf, es hora de que vivas tu vida con tu alma gemela, osea yo-Le quita las manos para luego darle un beso de lengua y de inmediato tocarle los pechos.

Ella intento negarse pero poco a poco se quedó inmóvil, sus lágrimas se asomaban mientras se quedaba inmóvil mientras la besaba con pasión.

-P-por favor...no lo...hagas. D-donovan...no me...hagas esto...quiero estar con mi familia-Me dijo ella suplicando, era obvio que este era el final de la esposa y madre de una familia tan bonita.

-Hasta nunca Hinata Uzumaki-Hyuga, de ahora en adelante serás totalmente mía, puede que aún muestres rasgos de resistencia en los siguientes días pero nunca podrás liberarte de mi control-Le comencé a manosear los pechos haciendo que ella de pequeños gemidos-Ahora eres mía querida pero no te preocupes, te prometo hacerte feliz para siempre, o al menos hasta que me atrapen, pero mientras me dedicaré a poseerte por completo.

Ella dejó de intentar resistirse, dejo que la tumbara en el suelo mientras le besaba con dulzura. Acariciaba su cabello de forma suave, mi querida Hinata, ya eres mía, te espera una vida lleno de sexo desenfrenado y lujuria, o bueno, al menos por un largo tiempo. Ella ya tenía la vista perdida y solo abrió levemente la boca para susurrar sus últimas palabras como la esposa del séptimo Hokage.

-Naruto-kun......por favor...sálvame-Fue lo último que dijo la antigua Hinata, la bese en la boca con dulzura y ella correspondió el besó.

Volvimos a hacerlo esa noche. La follaba con fuerza y dominio, quería que olvidará a Naruto, tanto los momentos que paso con el como las veces en que hacían el amor.