V. Atracción Letal

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-"¡Maldición! No tienes idea de cómo extrañaba esto". Dijo Adriana con una sonrisa inmensa en los labios mientras Karlie la presionaba contra la barra de los lavamanos para que sus cuerpos quedaran totalmente unidos. La modelo aprovechó la sonrisa de la brasileña para besarla y morder su labio inferior y hacer que las cosas se prendieran aún más entre ellas.


 Las chicas tenían cosas que hacer. Saliendo de la pista de baile, intentaron buscar un lugar con plena privacidad, pero el recinto estaba repleto de cámaras. Y no es que les importara quien las viera, sino que algunas de las cosas que hacían estaban "prohibidas" para las modelos. Se supone que las chicas debían de establecer contratos millonarios con los clientes a cambio de sexo, apariciones en público, etc; no deberían tirarse entre ellas.


 Pero entre Karlie y Adriana desde el momento en el que se conocieron surgió una química innegable, una atracción magnética que hacía que cada vez que se veían terminaban con algunos moretones, las piernas algo adoloridas y los labios hinchados. Pero no todo fue hacia desde un comienzo, empezaron dedicándose miradas discretas la una a la otra, luego pasaron a los amigables abrazos, los besos en la mejilla, las palmaditas en el trasero a modo de celebración,... hasta que no pudieron detenerse en una de las ocasiones y justamente el día de la segunda pasarela de Karlie en VS, ellas terminaron destrozando la lencería que estaban usando para poder dar paso al deseo que ambas sentían.


 -"Habías estado algo lejos nena"- Dijo Karlie al momento de levantar un poco sus labios del cuello de la otra modelo, mientras que dejaba que sus manos recorrieran al cuerpo de Adriana. Aquel maravilloso cuerpo que la chica de ojos verdes ya conocía a la perfección desde hace tiempo.


 -"Hmm, lo sé preciosa. Pero ya sabes cómo es el trabajo: un día Brasil, el siguiente NY, al otro Londres."- Contestó la morena mientras tocaba la espalda baja de la rubia haciendo presión con sus manos. Presión que hacía a Karlie ahogar pequeños gemidos de excitación. –"Pero aún recuerdo aquella noche que pasamos en Malibú, fuiste toda una diosa"-.


 -"Soy. Siempre soy una diosa"-. Contestó Karlie con arrogancia en su tono de voz, al saber que enloquecía a la mismísima Adriana Lima. Al saber que otros hombre...y algunas mujeres la han tocado y estado en su cama, pero que Adriana sólo llamaba a una persona cuando tenía ganas de llevar el sexo a otros niveles, y esa persona era Karlie. 


 -"Hahaha, muy bien Karlie Diosa-del-sexo Kloss". Rió la brasileña. –"Supongo que no necesitas esto entonces"-. Continuó diciendo mientras sacaba de su escote pronunciado el colguije de su collar. Un pequeño cilindro dorado en forma de A que a simple vista no era tan llamativo pero que tenía una diminuta tapa movible parte superior de ella, fue cuando Karlie se dio cuenta de lo que era. –"Esto es el obsequio de un cliente mío en Bogotá. Y cuando comprobé la calidad del producto, recordé aquella noche en Malibú y decidí tráete un poco preciosa"-.


 La perversión y excitación se mostró de forma total en la mirada de Karlie. Mostró una media sonrisa en sus labios al saber de lo que estaba hablando Adriana. Se dejó llevar por el deseo, las ganas y la lujuria que provocan una mujer como la modelo brasileña. Arrancó el collar del cuello de Adriana, y lo hizo a un lado en los lavabos. Dejó que sus manos recorrieran el cuerpo de la otra chica. La tomaba fuerte de la cintura, mientras en sus bocas se desataba una guerra: entre mordidas, lenguas, labios y dientes.

Ilusiones AjenasWhere stories live. Discover now