X. ¿Casualidad?

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Los días pasaron con tranquilidad hasta llegar el domingo, y como Karlie suele decir "Los domingos ni el mismo Dios trabaja".

La modelo decidió simplemente pasar el día relajándose, consintiéndose y no ver nada relacionado con trabajo, amigos, contratos, sesiones de fotos, itinerarios... ¡Nada! Este serí­a solamente de ella. Disfrutaría de Miami, sus hermosas playas, cocteles exóticos y la enorme cantidad de cuerpos playeros preciosos que por ahí caminan.

La sesión de fotos tuvo lugar días antes, pero la modelo decidió descansar un par de dí­as en tan paradisiaco lugar.

Después de su encuentro con Taylor los dí­as transcurrieron llenos de eventos inusuales que llenaron de curiosidad a la modelo.

Empezando por las insistentes llamadas de Lily Aldridge que no contestaba, tal vez sea solo trabajo se dijo a si misma la modelo quitando importancia a la situación. "Si es solo trabajo me contactará primero mi agente, no tengo porque recibir ordenes de Lily"- pensó Karlie.

Al dí­a siguiente de aquel beso con la rubia de ojos azules, Karlie se vio con Josh. El chico, aparentemente todo un caballero, la llevó de compras, compró absolutamente todo en lo que la modelo llegaba a poner los ojos: desde lentes de sol, vestidos, zapatos de tacón, bolsas de mano, jeans, hasta incluso quiso comprarle un nuevo celular, a lo que la modelo se negó ya que el suyo estaba personalizado de fábrica, era único en el mundo y era solo de ella, regalo por supuesto de uno de sus antiguos clientes, un chico de máximo veinticinco años totalmente nerd, pero coordinador del marketing y distribución de Apple; ¡Sí­, aquella empresa de la manzanita! El chico solo contrató a Karlie por una noche, él, según sus palabras, necesitaba perder su virginidad; y pues su estatus económico y social lo hizo candidato para un contrato con la modelo. Karlie accedió y esa misma noche se encargó de la situación y en menos de una hora ya tenía en su cuenta una suma de dinero de aproximadamente siete cifras de largo. Desde entonces el chico manda artí­culos a la modelo, sin pedir nada a cambio; al parecer el chico quedó muy agradecido.

Lo más predecible de su cita fue el hecho de que aunque Josh había contratado a Karlie para simular ante la prensa y la sociedad, y así despejar las dudas acerca de la orientación sexual del chico; cada vez que salí­an para subirse a la camioneta e ir de una tienda a otra, la cantidad de paparazzi aumentaba, de tal manera que cuando decidieron ir a tomar un paseo "totalmente esporádico" por Central Park fueron cinco los fotógrafos que los siguieron a todas partes y no perdieron detalle de nada de lo que pasaba entre ellos; las fotos probablemente serian subidas a internet para empezar a vincularlos juntos; para empezar los rumores; absolutamente todo estaba planeado y la modelo lo sabía; pero no importaba él estaba pagando muy bien por ella y su contrato.

Ocasionalmente la plática de Josh era algo agradable, comentaba cosas interesantes que debido a su trabajo sabia; pero en otras ocasiones el empresario mostraba mucho interés en saber de los contractos vigentes de Karlie, preguntaba con insistencia quien eran sus otros compradores; la modelo habilidosamente evadi­a todas las preguntas, ya que por contrato no puede hablar de ello; la discreción es una de las cosas más importantes para ciertos clientes y por supuesto, para sus billones de dólares.

La gran sorpresa del di­a fue cuando en una de las tiendas de ropa en donde ambos decidieron medirse las prendas que estaban indecisos por comprar, decidieron hacer un Fashion Show cuya pasarela era el pasillo que habi­a fuera de los probadores con el espejo que habi­a al final de él. La tienda estaba prácticamente vacía, y como Josh era cliente asiduo, y la dueña era su conocida; les dio rienda suelta a sus locuras.

 La ropa era bastante hipster, pero aun asi había cosas realmente lindas, que a Karlie le llamaron la atención. Estaban midiendo su ropa en probadores contiguos, lo que les permiti­a hablar entre ellos. El primer cambio fue la gota que derramó el vaso; Josh apareció con unos jeans demasiado pegados a su cuerpo, una camisa polo y un suéter sobre sus hombros, una gorra de jugador de golf y unas calcetas que estaban por encima de sus jeans de colores muy llamativos; al caminar por "la pasarela" el chico hizo movimientos propios de un jugador; Karlie estallo en risas, probablemente era el primer gesto genuino que habi­an hecho durante todo el día; sin improvisar. Ella incluso llegó a pensar que era divertido. Llegó el turno de Karlie, la cual no sabía que todo esto era un juego antes de vestirse, por ello salió con un short blanco que marcaba su muy bien tonificado trasero, un crop top negro y unos tirantes dorados; su caminata por la pasarela era seria en un comienzo, pero al llegar casi al final de ella, nuevamente estalló en risas al ver por el reflejo a Josh quien seguía haciendo movimientos de golf, con un palo imaginario y viendo al horizonte como si hubiera golpeado la pelota. Los cambios fueron más seguidos, la ropa era cada vez más rara, pero para la situación si la ropa era más rara y menos combinada mejor para ellos.

Ilusiones AjenasWhere stories live. Discover now