XIV. Estúpido subconsciente

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Por alguna extraña razón Karlie se mantuvo tranquila ante la situación. Después de todo había tenido la oportunidad de conocer, al menos un poco, a todos los asistentes. Después de todo eran conocidos de Josh. Después de todo no había contratos de por medio. Después de todo ya se habita tomado un par de tragos y unas cuantas líneas de cocaína. Después de todo no era como si estuviera pensando en Taylor. Después de todo no era como si le doliera... ¡Sí, claro!

La puerta de la habitación se abrió suavemente, revelando frente a ella a una preciosa chica morena de cabello chico. Era la novia del chico de ojos negros.

A decir verdad su cuerpo era sexy. Al tener una altura por encima de lo promedio, hacía que su silueta se extendiera más. No era el tipo de belleza exuberante, no tenía un trasero inmenso ni tampoco senos enormes; pero sí tenía curvas en los lugares adecuados. El cabello largo y chico hacia que las facciones en su cara se perdieran un poco, pero aun así la modelo pudo notar sus ojos totalmente negros. La chica tenía en sus manos dos copas de champagne.

-"¿Se puede?"- preguntó la morena desde la puerta haciendo un gesto para entrar a la habitación.

-"Solo si una de esas copas es para mí"-contestó la modelo en una gran sonrisa.

-"Entonces sí puedo"- respondió entrando a la habitación directo a donde estaba Karlie para darle una de las copas.

-"Gracias"- dijo la ojiverde aceptando la copa y dando un sorbo de ella.

–"Supongo que no he causado tan buena impresión en ti. No has recordado mi nombre Karlie"- dijo amargamente mientras se sentaba a un lado de la cama matrimonial junto a la modelo.

-"Lo lamento. Es solo que no estaba prestando mucha atención en nadie en particular"- contestó fríamente Karlie. –"Los últimos días han sido demasiado largos y estresantes".

El resto de la velada de las chicas fue bastante tranquila. La fiesta ya había concluido para todo mundo, excepto para los asistentes de los intercambios. Por la gran ventana de la habitación se podía ver como la luz del amanecer comenzaba a invadir la ciudad, pasando de una escala de grises a tonalidades azul claro con blanco. Pidieron un par de botellas de champagne a la habitación, así como algunos aperitivos. Cuando el pedido fue entregado ambas se sorprendieron y rieron a carcajadas cuando vieron que como regalo del anfitrión de la noche, ósea Josh, había condones, lubricante y algunas barreras de látex.

De inmediato continuaron con lo que se suponía estaban aquí para hacer. Karlie siempre había tenido total confianza de su cuerpo, por ello, no le fue problema desvestirse. Por su parte la chica morena, de quien Karlie no podía recordar su nombre, era otra historia. Aparentemente la chica era algo tímida, así que la ojiverde muriendo de ganas de ver el cuerpo de la morena, le fue ayudando a quitar prenda por prenda. La situación fue ventajosa ya que la chica usaba unos jeans, blusa y ropa interior; permitiéndole a Karlie contemplar y tocar la mayor parte del cuerpo de la otra chica.

Cuando ambas estuvieron desnudas en la cama y en una sesión de manoseo intenso, la morena deslizó una de sus manos por el vientre de la modelo hasta llegar a su centro, lo que de inmediato desencadenó el dolor en Karlie.

¡Maldición! Fue lo único que logró pensar la modelo, mientras retraía su cuerpo para que la morena no lograra tocarla más.

Y es que su contrato anterior la había dejado peor de que lo que esperaba. La modelo había pensado que no tendría secuelas, pero se equivocó. El tiempo que había pasado desde entonces era demasiado poco, ella seguía adolorida.

-"Lo siento"- finalmente dijo Karlie mientras dirigía su mirada a la morena. –"Es solo qu..."-.

-"¿Te encuentras bien?"- miró hacia abajo la morena donde sus dedos habían tocado a Karlie. –"Sabes tal vez tengo algo largas las uñas. Pude haberte lastimado".

Ilusiones AjenasWhere stories live. Discover now