XV. Corre Karlie, corre.

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El sonido de un utensilio de cocina despertó a Karlie, probablemente haya sido la licuadora o quizás la batidora, la modelo no lo sabía a ciencia cierta, y la verdad era que tampoco le importaba, no había razón suficiente para abrir los ojos, al menos no aun. Era un estúpido sonido proveniente de la planta baja de la casa, la Sra. Potts estaba cocinando sin duda alguna.

El segundo sentido de Karlie se activó, sintió las sabanas debajo de su cuerpo. Notó que aún seguía vestida con la ropa con la cual había salido del gimnasio. Gracias a Dios ninguna de las prendas tenía costura, de haber sido así la piel de la modelo justo ahora estaría pagando las consecuencias. La ojiverde estiró sus piernas, flexionó sus tobillos y tensó sus rodillas, expandió todo su tórax revelando su perfecto abdomen, elevó sus brazos, tensó sus codos y dobló sus muñecas, estiró cada uno de sus dedos. Esa era la forma perfecta de despertar de un buen sueño de acuerdo con los estándares de Karlie.

El tercer sentido de la modelo se activó: el olfato. ¡Las flores! La sorpresa de Karlie fue tanta que de golpe abrió los ojos, y fue como si su consciencia por fin tomara el control de su cuerpo. Lo recordó todo; lo ocurrido en Paris, sus pocas horas en NYC, la pelea con Taylor, la fiesta de intercambio de pareja de Josh, el sexo con la chica de la fiesta, sus horas en el gimnasio, la llegada de la Sra. Potts a la casa, las flores de Taylor,....el sueño con Taylor... ¡el sueño con Taylor!

La desesperación entró al cuerpo de la ojiverde. Buscó alrededor suyo, en donde había dormido, su celular. En él había varias llamadas pérdidas de Josh, algunas de su agencia de modelaje, un par de mensajes por parte de su familia, una llamada pérdida de un número desconocido, y lo más impresionante casi una docena de llamadas de la asistente de Taylor.

La modelo maldijo, "¡¿En verdad?! ¡¿Todo este tiempo y Taylor aun no es capaz de hablarme directamente a mí?! ¡¿En serio se tiene que comunicar por medio de su asistente?!... ¡Maldita sea!"- gritó en su pensamiento con frustración.

Leyó la totalidad de las tarjetas. Ahora ya eran las dieciocho, ya estaban completas. Habían pasado dieciocho horas desde la pelea con Taylor hasta el mensaje que la modelo envió diciendo que se detuviera.

El interés de Karlie por las tarjetas estaba por los suelos. Después de lo sucedido con el hecho de que Taylor no hablara con ella directamente, la posible euforia que pudieron haber provocado las tarjetas ya era nula. Era como si Taylor siempre le dijera cosas bonitas, pero nunca las llevara a cabo.

Y justamente eso había en todas sus tarjetas. Palabras bonitas. En algunas había frases célebres de autores de la época del romanticismo, otras eran estrofas de canciones de Jazz, Taylor inclusive escribió algunas estrofas canciones de sus propias canciones. Todas las tarjetas estaban firmadas con TayTay. Karlie sonrió amargamente, recordó que ella había sido quien apodara TayTay a Taylor en la primera vez que se vieron.

Una ola de tristeza recorrió el cuerpo de la modelo. Inmediatamente sintiéndose así, decidió hacer algo al respecto. Se levantó de su cama y se dirigió a su baño. Se deshizo de la ropa anterior y tomó una larga y caliente ducha. Karlie se sintió maravillada por lo que el agua caliente podía causar en su cuerpo. Recostada en la tina se dio cuenta de que su cuerpo realmente estaba agotado, finalmente le estaba pasando factura por todo lo que había pasado. Aunque quizás el agotamiento de la modelo no era solamente físico, lo emocional también la estaba perturbando; Taylor en particular era la responsable de su inquietud emocional, ya que todo lo demás estaba bajo control. "Sí, todo lo demás está bajo control"- se intentó convencer a si misma.

Saliendo de la tina de baño, buscó algo de ropa limpia y fresca de su closet, optó por lo más cómodo, unos jeans y una camiseta de algodón con un estampado que decía "F#ck off", acompañados de los siempre clásicos Converse blancos. Ahora el aroma a flores ya no existía, en su lugar fue reemplazado por ese delicioso olor a crepas de vainilla y café. La modelo sacó rápidamente su ropa y la puso sobre su cama, arriba de las tarjetas. Se vistió lo más rápido que pudo y ya para colocarse los tenis, tomó todas las tarjetas de las flores, sintió una punzada de dolor en su pecho, las trozó a la mitad y las tiró en el cesto de basura.

Ilusiones AjenasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt