Todo el proceso para salir y moverse tratando de que nadie los viera, fue exitoso, según ellos. Fallon decidió dejar sus nervios en casa y conversar con él mientras estaban en el auto, Namjoon era alguien que sabía hablar y lo hacía bien si se sentía cómodo y en confianza, además también afectaba el hecho de que tenían un chófer, en ese momento solo podían hablar banalidades.
Fue cuando los guiaron a su mesa privada en la terraza del restaurante, era tan alto y hermosamente ambientado, que no le buscaron sentido a que fuese la terraza pero tuviese paredes de vidrio, suponiendo que era por el clima frío y todo el viento que podía llegar a ser un problema para disfrutar la cena.
Fallon se despojó de su abrigo al mismo tiempo que Namjoon, notando la inesperada coincidencia; la camisa de él era del mismo color del vestido de Fallon, siendo el último un poco más oscuro.
—El azul es mi color favorito— dijo ella— ¿Cuál es tu excusa?
Sonrió, ambos se sentaron.
—Mi excusa es que he pedido consejo a Seokjin y él me ha dicho que use azul— le causó gracia— no pude decírtelo apenas saliste; te ves muy bonita.
—Gracias, tú igual luces muy guapo— entrecerró los ojos, mirándolo— me gusta como te queda el cabello así, un poco más largo a como usualmente lo llevas y oscuro.
—¿Eso crees? Me ha resultado un poco difícil llevar el cabello así de largo, me da más calor, no sé cómo ustedes lo soportan.
—Esto es lo más largo que he podido dejar crecer mi cabello, una vez lo cortas a este nivel— señala su mentón— no quieres volver al cabello muy largo.
Llegaron a atenderlos, un chico que se veía bastante sorprendido tomó sus órdenes, Namjoon escuchando la sugerencia de Fallon mientras pensaba en que seguramente intimidaron mucho al mesero antes de ir hasta ellos.
Como él era muy amante de su privacidad, reservó el piso completo, no iba a arriesgarse demasiado. De soslayo, su guardaespaldas asintió hacia él y se fue junto al mesero.
—¿Le comentaste a tu representante que mi seguridad nos cuidaría a ambos esta noche?
—Lo hice, no estuvo muy contenta al principio, pero logré calmarla— bien— ¿Te gusta el vino blanco? Creo que nos traerán uno de ese tipo, no le entendí muy bien al mesero.
—Si, cualquiera está bien, no escuché— reparó en sus uñas— Oh, déjame ver.
—¿Mm? ¿Mis uñas?— le tendió su mano—Lo sé, están muy cortas, recién ayer las pinté.
—Creo que siempre están con ese color, negro.
—Toco la guitarra y me las muerdo muy seguido, por los nervios— admitía con pesar— soy una persona demasiado nerviosa.
—Debes seguir intentando cuidarlas, se ven muy bonitas así, intactas— no lo diría, pero en varias ocasiones había notado sus dedos lastimados y rojos— ¿Eres buena con los instrumentos?
—Un poco, bueno, sé tocar la guitarra, el piano y la flauta. He intentado con otros instrumentos pero, mi tiempo es limitado.
—Ya eres bastante talentosa— sonrió, realmente estaba interesado en saber más sobre ella— ¿Idiomas?
—Solo inglés y no perfecto— hace una mueca— tú sí que eres grandioso en ese aspecto.
—Sigo aprendiendo.
Namjoon todavía sostenía su mano y de manera inconsciente jugaba con sus dedos, Fallon por instantes hacía lo mismo pero con los anillos que él traía puestos, envidiaba las manos de Namjoon, se veían muy atractivas y fuertes.
Cuando sus platos llegaron a la mesa, soltaron sus manos y comenzaron a degustar, Namjoon escuchaba con atención la explicación de lo maravilloso que era el sabor, riendo enternecido solo porque se veía maravillada, supo entonces que hizo una buena elección de restaurante.
Era la primera cita que tenía dónde todo se daba de forma tranquila, natural y disfrutable.
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